[ Temores sellados en tierra ]Justo cuando se estaba preparado para una cena tranquila, sucede todo lo contrario. Cuando entró en la Madriguera, pareció desatarse el infierno. Al principio, no creía que fuera tan grave, ya que nunca había un momento tranquilo durante una comida en la casa de los Weasley. Sin embargo, esta vez se convirtió en algo más.
Ahora, una escena extraña se desenlaza frente a sus ojos. Scorpius Malfoy trata de hablar con Molly Weasley, la mujer intenta prestarle atención por encima de las quejas de sus nietos, quienes han llegado con Teddy del Callejón Diagon. Parece ser que Scorpius intenta convencerla de ir al interior del bosque, y algunos de los Weasley simplemente le contradicen aunque ni siquiera le están prestando atención propiamente. Teddy nota que sólo Scorpius parece estar hablando en serio todo este tiempo, mientras que Molly apenas puede escucharlo por encima de todas las voces que intentan dirigirse a ella. Teddy, de todos modos, no comprende por qué habrían de ir al bosque exactamente.
Están a medio camino al exterior, de pie en el porche de la Madriguera.
Las abuelas tienden a ser más dóciles con los nietos. Si se tratara de cualquiera de sus hijos –exceptuando a Ginny–, Molly les silenciaría en un segundo. Pero la cantidad numerosa de nietos que intentan hablar al mismo tiempo, cualquiera que sea la razón, simplemente aumenta sus nervios y la bruja parece a punto de estallar, más todavía no lo ha hecho. Algunos de los Weasley menores están en el porche, otros de por en el hueco de la puerta, Teddy ni siquiera llega a poner un pie propiamente en el interior de la casa. Ser el encargado de todo el clan Weasley para un corto viaje al Callejón Diagon nunca podría terminar pacíficamente.
—¿Por qué no me escucha? —se queja el chico Malfoy, con clara frustración. Rose se encuentra a su lado, su rostro decorado con un ceño fruncido a juego con el suyo—. Le estoy diciendo algo anda mal. Dominique y Albus no están, necesitamos ir por ellos.
Esto llama rápidamente su atención rápidamente, pero cuando Teddy intenta hablar, haciéndolo a medias, su voz se pierde con el escándalo, volviéndose una voz in-entendible, junto con las demás voces y sonidos.
—Nana —la voz de Louis sobresale por encima de la de sus primos, extrañamente. Sostiene el brazo de su abuela delicadamente—, creo que Scorpius tiene razón.
Algunos de sus primos saltan sobre Louis, hablándole como si hubiese enloquecido de un momento a otro, pero la posición de Louis prevalece, mirando a su abuela como si eso hubiese de traer un poco de claridad a su mente confundida. Molly parpadea dos veces, tratando de recobrar su paz interior. Toda la expresión de Louis es de súplica, y a Teddy le da escalofríos. Tenía una expresión genuinamente feliz y encantada minutos antes, pero se ha transformado con una facilidad aterradora.
—¿Qué está sucediendo? ¿Dónde están Albus y Dom? —aunque sus palabras son entendibles esta vez, la pregunta de Teddy quedó absorta en la nada. Esta vez no puede culpar a ninguno de los Weasley, pues ninguno de ellos le interrumpe.
En el cielo, divisa la luz carmesí. Son pequeñas chispas que tardarán muchos segundos en desaparecer, quedan grabadas en su mente.Teddy observa, sin aliento, cómo las chispas rojizas se elevan hasta el cielo, elevando su repentina preocupación. Capta la misma expresión en Scorpius y Rose. Molly está perturbada, le toma un instante comenzar a ordenar a los niños que entren a la casa.
—Albus se meterá en muchos problemas esta vez... —el comentario de James queda perdido, al igual que su leve risa fue cortada. No parece comprender lo que tanto Molly y Teddy entienden, viendo un significado simple en lugar de un riesgo.