2

1.1K 175 6
                                    

Los Frist se encontraban tomando el desayuno, la duquesa estaba más calmada, había logrado enfriar su cabeza, pero no significaba que no regañaría a su hija

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los Frist se encontraban tomando el desayuno, la duquesa estaba más calmada, había logrado enfriar su cabeza, pero no significaba que no regañaría a su hija. ¡Esa noche definía el gran futuro de su hija e Isabell lo arruinó! El duque se veía como siempre, firme y serio, Isabell saboreaba una porción de pastel, amaba los pasteles, sentir como el chocolate se derrite en su boca o como el relleno parecía ser una bomba de dulces.

—Basta, ya has comido lo suficiente. — La duquesa ordenó que se llevaran los dulces de la mesa, incluso la porción que Isabell estaba comiendo, ni siquiera pudo terminar de comer la única porción que agarró. —Hija, espero que no arruines las cosas como lo has hecho ayer.

— ¿Qué? — ¿A qué se refería su madre con eso? ¿Qué había hecho mal?

—No te hagas la tonta.

—Duquesa. — Su padre miró fríamente a Rachel.

— ¿Acaso no lo sabes? ¡El príncipe heredero iba a anunciar su casamiento!

— ¿Enserio? Entonces debo enviarle mis felicidades por su casamiento.

— ¡No Isabell, no!

La duquesa estaba enojándose de nuevo.

— ¡El príncipe heredero iba a anunciar tu matrimonio con el! ¡Ya serías princesa heredera si no te hubieses ido del banquete!

— ¿Qué?

Isabell sudó frío. ¿Casarse? ¿Casarse con el príncipe heredero? Nunca había pensado en esa posibilidad y ella tampoco deseaba casarse con ese acosador.

—Pero primero necesita cortejarme.

— ¡Niña tonta! ¡Él es un príncipe, no necesita cortejarte!

—Rachel Frist. —El duque se levantó de su asiento, enfadado, no permitiría tal comportamiento hacia su hija. —Cuida tus palabras o habrán consecuencias por tus actos. —Regis se retiró del comedor, dejando a su esposa con un amargo sabor en su boca.

—Espero que le pidas disculpas por abandonar la gala tan prematuramente. —La duquesa se levantó de su asiento— Espero que estés presente la próxima vez que un hombre te haga una propuesta que te hará reina. Tenemos que pensar en una manera de asegurarnos que no hemos caído en desgracia ante él. Algo que le impida cambiar de opinión, ¡no cuando estábamos tan cerca!

—Pero si yo no...— dejó la frase inconclusa.

— ¿Y si no tú qué? Dilo, niña.

Tragó con fuerza. Dudó un instante. Le flaquearon los ánimos.

— ¿Qué pasa si no veo a su majestad el príncipe por un tiempo? No podemos pasar a visitar al príncipe, si no nos han invitado, ¿verdad?

La duquesa torció la nariz hacia arriba con suficiencia.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 17, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝑴𝒂𝒈𝒊𝒄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora