UNA DULCE CONFUSIÓN

12-GOLPE

—¿Estás seguro de que no quieres que te acompañe? —cuestionó Wang Yibo.

—No te preocupes Bodi, mi madre se escuchaba tranquila y yo también ya lo estoy —le sonrió para ocultar sus nervios —. Es mejor hablar que solo fingir que no está pasando.

—Bien —asintió dándole un beso en la mejilla —. Si necesitas hablar, puedes llamarme sin importar la hora. ¿De acuerdo conejito?

—Sí...

Xiao Zhan le dió un beso en los labios y abrió la puerta de su casa despacio, dándole una última mirada a su novio antes de pasar y cerrar la puerta.

—Cariño, ¿Eres tú Zhan? —preguntó la señora Xiao aproximándose a la entrada—. Hijo, que bueno que llegaras. Te preparé tu comida favorita, ven, pasa.

—¿Y mi papá? —paseó su mirada por toda la sala.

—Salió a acompañar a tu abuelo al aeropuerto —sonrió ella—. ¿Tienes sed?

—¿Ya se fué? —frunció el ceño confundido.

—Hijo —tomo al azabache de los hombros —. Tú eres lo más importante para nosotros, y como tus padres jamás permitiremos que nadie te menosprecie o te haga sentir mal por ser quien eres. Y aunque tu padre es un poco lento...yo una decisión, y esa es priorizar tus sentimientos antes que las opiniones de tu abuelo. Tenle paciencia, puede que le tome un poco de tiempo entender... pero, te ama y se esfuerza.

—¿No estás...molesta o decepcionada?

—Molesta sí —apretó su mejilla —. Por qué te escapaste de noche y no respondiste el celular. Y ahora que lo mencionas, debes saber que estarás castigado una semana sin internet y sin poder salir más que para ir a la escuela.

—¿Solo una semana? —murmuro ante su suerte.

—Tienes razón hijo, que sean dos. Bien, ahora lávate las manos para almorzar.

Xiao Zhan se golpeó la frente por su propia estupidez, y abrazo a su mamá con la tranquilidad que hace mucho no sentía. Tener un secreto tan importante como el que le gustará un muchacho, en la sociedad en la que vivían dónde eso era nada aceptable era demasiado, pero poder refugiarse en su familia, su novio y amigos le ayudaba a sentirse más seguro.

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—¿Por qué no entraste a saludar? ¿Sus padres no quieren verte? —preguntó James al castaño cuando este camino un poco lejos de la puerta.

—Mi relación con mi novio y su familia no son de tu interés —lo ignoró pasando de largo.

—¿Sabes? Esto te lo digo por tu bien, cuando Zhan y yo salíamos...si se le pude decir así al hecho de solo vernos y pasarla bien...—lo siguió caminando cerca—. Sus padres no parecían estar felices, supongo que es lo mismo ahora que ya saben que ustedes...

—¿Qué parte de no te interesa no escuchaste? No hablaré de mi vida privada contigo, sólo por qué eres tan infeliz con la tuya y buscas molestar al resto —se paró delante de James alzando el mentón —. Y si vuelves a referirte a mi novio, o a contar cosas privadas de él, haré de tu miserable vida un infierno. ¿Entendiste? —advirtió con una sonrisa de lado.

James tragó en seco. Wang Yibo era algunos centímetros más alto que y tenía una mirada felina. Sin duda, había dejado en claro que usar su facilidad para mentir no le serviría de nada ante el contrario. Sin poder manipularlo, optó por usar la carta de la victimización.