❛𝙎𝙤 𝙩𝙚𝙣𝙙𝙚𝙧𝙡𝙮 𝙖𝙣𝙙 𝙚𝙣𝙙𝙡𝙚𝙨𝙨𝙡𝙮❜ ─「ⱽᵃⁿⁱᵗᵃˢ ⁿᵒ ᶜᵃʳᵗᵉ | ⱽᵃⁿᵒᵉ 」

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❝ En donde Noé prepara una fiesta sorpresa para Vanitas ❞

⚠ Con la temática del anime, pero sin decir los hechos de este.

⚠ No editado.

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—¿Ya puedo abrir los ojos?

Vanitas no tenía miedo de estar caminando en la oscuridad, de estar confiando ciegamente en ese alguien, o de tener agradables manos como vendas, porque desde hace tiempo se estaba dejando arrastrar por ese moreno de cabello nevado, sin mucha protesta.

No era una sorpresa adonde iban, sabía que era lo que planeaba esa cabeza con neuronas de caramelos. Sinceramente no le importaba demasiado las fechas, pero era consciente de que día era, y que se celebraba. No le emocionaba, más sin embargo Noé se había interesado repentinamente por los meses pasaban en el calendario.

No es que le molestara realmente, por más que lo aparentaba.

—Abre los ojos —susurró suavemente el vampiro de sonrisa fácil en su oído.

Las manos dejaron de cubrirle el rostro, descorrió perezosamente los ojos, y permaneció impasible cuándo sus amigos gritaron;

—¡Sorpresa! —gritaron Dante, Riche y Johann al unísono. Seguido de un maullido del amargado Murr, cómodo entre los brazos de la amigable Amelía.

Jeanne también estaba saludando cálidamente, demasiado entusiasmada para el gusto del no-muy-contento Luca en una esquina, rodeado de un aura oscura, asesina. Y una Dominique cruzada de brazos, quien no entendía en su totalidad como había sido arrastrada a todo eso.

Estaban en una esquina del recibidor del hotel, con una pequeña mesa de mantel negro y una infinidad de globos en diferentes tonos azules, muchos crozando el techo y otros rodando por el suelo. La mesa tenía un sinfín de deliciosos postres y un pequeño pastel que parecía asquerosamente melado, aunque al azabache no le desagrada. Las letras de glaseado en el pastel estaban mal hechas, como garabatos ininteligibles mocosos, y las diecinueve velas estaban colocadas en un patético o desesperado intento de orden.

Y le encantó.

—¡Yo me encargue del decorado del pastel! —el moreno sonrió tan radiante, que contagió su sonrisa a las demás personas. 

—Yo me encargue del segundo pastel —sonrió Amelia, frotando su tierna mejilla contra el esponjoso minino.

—¿Segundo?

Todas las miradas cayeron sobre él de cabellos blanquecinos, quien empequeñece mientras sudaba por nerviosismo. Los demás estallaron en estruendosas carcajadas cuando recordaron lo sorprendidos que estaban al ver que de alguna manera Noé quemó el primer pastel de cumpleaños, ¿como era posible? Ni idea.

—Ese es el segundo—explicó con tranquilidad Riche —. Noé quemó misteriosamente el primer pastel que hicimos.

—Aún sigo preguntándome cómo era eso posible —soltó la azabache de ojos color sol, totalmente crédula.

—El chico era todo un desastre andante por tu cumpleaños, farsante.

Ese tono estaba matizado con un toqué burlón, un tono que insinuaba que sabía más de lo que debía. Johann conocía esa manera de hablar como cada una de las sus grietas, por lo no dudó demasiado en restregarse cariñosamente contra el moreno.

—Se nota que te quiere demasiado, querido Vanitas.

Tanto el azabache como el peliblanco se enrojecieron violentamente y se dedicaron miradas tímidas, que solamente ellos comprenden.

—¿Te gusta? —preguntó sonriendo, avergonzado por los comentarios de antes, aunque él mismo sabía que era un desastre andante.

—Me da igual.

Se encogió de hombros y se marchó en dirección de la peliblanca para fastidiarla un rato. Escapaba de los sentimientos abrumadores que se ramifican más y más en la fragilidad de su corazón, cada vez que el vampiro sonreía.

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Sus piezas melancólicas se cuestionan cuándo fue la última vez que tuvo un cumpleaños tan sencillo, encantador. No recordaba con nitidez. No quería recordarlo. Porque la respuesta correcta, era que nunca tuvo uno. Su cumpleaños siempre estuvo manchado de borrones, tachones y manchas grisáceas.

Su padre solía culparlo por la muerte de su madre, aunque ninguno deseamo. No le gusta ocasionar muerte o sufrimiento a los demás, lo detesta. Es por eso que solía pensar cosas como “Si no hubiera nacido, mamá nunca hubiera muerto y papá sería más feliz ” estuvo mucho tiempo atiborrado con esos ecos resonando en los recovecos de su desgastada mente, pero hoy en día es consciente que es estúpido culparse por algo que no deseo.

El siete de febrero sus partes rotas se hacían trizas, y deseaba terminar su venganza para descansar en paz. ¿En que momento se desdibujaron las líneas? Ahora fingía quejarse de Dante cantando cumpleaños a todo pulmón. Pensaba que nunca estuvo del todo roto, solamente un poco doblado. Y sonreía como idiota cada que escuchaba la melodioso risa infantil de Noé.

Los sabores empalagosos le inundaron el paladar cuando probó el pastel que entre todos habían preparado. Lo dulce le repugnaba, pero por algún motivó, ocultarse y actuar como el niño asustado sus seguía siendo.

Pero como alguien experto en camuflar su taciturnidad con arrogancias, actuó de la mejor manera;

—Es asqueroso —sacó la lengua para hacerlo más creíble, pero nadie creyó en sus palabras teñidas de palpable mentira, porque una hermosa sonrisa desdibujaba la seriedad de su rostro y tímidas acuarelas pintaban sus mejillas.

Noé enarboló una sonrisa tonta. Estrecho entre sus brazos al humano, levantándole del suelo y  zarandeándolo —. Feliz cumpleaños Vanitas.

—Gracias Noé.

Se permitió encogerse en los brazos del moreno sin importar que los demás estuvieran mirando. Inhalar tranquilamente su aroma y sonreír contra la tela del abrigo blanco , queriendo estar de aquélla manera otro años más. Aunque claro, la vida es cruel.

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Algo que escribí antes del cumple de Vanitas pero lo publique meses después porque quería editarlo y al final no lo hice?.

Estaba tratando de escribir lemon... Pero creo que mi mente se esta haciendo virgen nuevamente. No me culpen si les traígo uno mal hecho.