Capítulo 4

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Esa luz era tan fuerte y luminosa que me lastimaba la vista, cuando pude acostumbrarme a ella puede ver sangre en todas partes, pero los cuerpos de los señores ya no estaban.

Joe estaba enfrente de mi, con esperanza a que dijera algo o tratará de huir, me quedé quieto y no hable, no dije ni una sola palabra.

-Que pasa?! por que no dices ni una puta palabra?!- el me golpeó en el estómago.-pequeña mierda-

En ese momento el salió no se cuanto tiempo exactamente. Yo quize idear como escapar pero mi cobardía no me lo permitió, al poco rato el volvió, con el cuerpo de 3 sirvientas, las más grandes, de 38 a 49 años, aproximadamente.

-Quieres terminar cómo ellas!?- no le respondí, me quedé callado, sin decir una sola palabra. -Asi que aprendiste a quedarte callado no es así? Mis padres hicieron bien, y solo por eso tu castigo será menor-

No sabía a qué se refería. Nadie se imaginaria lo que pasaría...

Pasaron varios días, no sé cuánto en realidad, ya no sabía si era de día o de noche, Joe me daba de comer cada que se acordaba, un día, se enteró de que se había abierto el caso sobre la investigación de la muerte de los señores, me saco de ahí y me llevo a una casa, me encerró en una habitación, me dejó inconsciente y ya no supe nada hasta 4 días después, me dió de comer y de beber, nuevamente me encerró pero esta vez el se quedó dentro.

Se acercó a mí y me agarró del rostro, quitó la cinta que tapaba mi boca. Me beso y me dijo. -Ya es hora de que recibas tu castigo, desde hoy tu serás mi puta- con una sonrisa psicópata, no pude hacer nada....mis brazos y piernas estaban atadas.

En ese momento comenzó a apretar mis ataduras, a taparme la boca de nuevo, desnudarme y a tocarme, no podía moverme, me dolía el cuerpo, no tenía fuerzas, el se bajó los pantalones y empezó a masturbarse mientras metía sus asquerosos dedos en mi.

Me daba asco y solo podía gemir de dolor.
Me empezó a masturbar y aún que yo no quería el me obligaba y desde pequeño siempre eh tenido que aguantar y dejarme hacer lo que la gente quisiera.

En ese momento Edwin lo interrumpió.

-No tenías porque aguantar y dejar que te hicieran lo que la gente quisiera- En ese instante Axel negó con la cabeza.

-Era difícil, era dejarme o morír...si mi yo de ahora estuviera en ese momento, hubiera preferido morir a dejarme tocar- Edwin se quedó callado y lo dejo continuar relatando-

Axel continuó con su relato.

Después de todas las cosas que me hizo, me saco de la habitación y me llevo a un sótano oscuro y sucio, tenía todo mi cuerpo adolorido, el dolor era más fuerte en mis caderas. Ese maldito me violó...cada que le dió la gana lo hizo, era repugnante.

Medio año después, la policía lo encontró y lo encerraron, al fin me liberaron y pude deshacerme de todas esas cosas que me hizo...o eso creí.

A los ocho días me enteré que se escapó y hasta la fecha vivo con el miedo de que me encuentre.

En ese momento Axel empezó a llorar, había terminado, Edwin lo abrazó hasta que se quedó dormido, lo llevó a su cama y se quedó a dormir en el sofá.

A la mañana siguiente, Axel se levanto y bajo a la cocina, cuando pasó por la sala de estar se sorprendió al ver a Edwin durmiendo en el sofá.

-Pero tu que haces aquí!?- Edwin se despertó asustado, y calló al suelo por el grito de Axel. Este se empezó a reír.

-Pff jajaja te caíste por pendejo Jaja- para Edwin resultaba muy tierna la risa de Axel así que se rió con el.

Axel invitó a desayunar a Edwin y le prestó ropa limpia para ir a la universidad, se quedaron conversando un rato y cuando vieron el reloj se dieron cuenta que se les hacía tarde.

-Mierda! Son las 8:50!- Gritaba Axel apurandose a tomar sus cosas al igual que Edwin, salieron corriendo. Llegaron 3 minutos tarde pero llegaron.

Continuará...
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Sombras del corazón (En Pausa) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora