55. LA SANGRE DERRAMADA (Parte 1)

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ELEODORO

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ELEODORO

Solo una persona me llama así y miento si digo que no me alarmé por un instante. Giro para verla de frente y Jorge se retira un momento.

—¿Cómo ha estado, señor Sánchez?

—Bien, bien, gracias. Espero que me siga yendo así. ¿Dónde está?

—¿Quién?

—Su compañero —lo busco por los alrededores.

—¿Trejo? No lo sé, tengo un tiempo sin verlo. Ya no estoy en la Fiscalía.

—¿No?

—Ahora soy civil, igual que usted —sonríe—. Lo último que supe de Joel, fue que se cambió a narcóticos.

Perdone si no lo creo. Es demasiada coincidencia encontrarnos aquí justo el primer día de mi llegada. 

—¿Me aceptaría un café? —propuso— ¿Tiene tiempo?

—Por supuesto. Permítame un momento...

Regreso con Jorge para despedirme por el momento, aunque con el dolor qué me causan tantos recuerdos, no sé si volveré a la librería otra vez.

Subo a su carro en el asiento del copiloto. No es la primera vez que lo hago, pero ahora me siento con más confianza. Tratar con tanta gente en estos últimos años, me ha ayudado a vencer un poco mi timidez. Aunque recordar aquella ocasión me llena de vergüenza.

—Supe que le está yendo muy bien con sus libros, señor Sánchez.

—Dígame Ele. Supongo que ahora que ya no está investigándome, puede hacerlo, ¿verdad?

—Ah, es cierto. La costumbre supongo. Está bien, Ele.

—¿Y va muy seguido a la librería? —indago.

—No. Pero hoy decidí ir y mire, nos encontramos.

—El destino es muy misterioso, a veces —comento irónico mientras bajo la visera para mirarme en el espejo. Sí, también me he vuelto un poco vanidoso. Tengo muchos reflectores sobre mí últimamente. No me gusta, me obliga a estar al tanto de mi apariencia con una constancia a la que no estaba acostumbrado. Solo soy un escritor, no una estrella de Hollywood ni nada parecido. 

—¿Puedo preguntarle algo?

—Puede preguntar lo que quiera —le digo.

—¿Y me va a responder?

—Eso es otro asunto.

Me siento cómodo a su lado, pero no puedo bajar la guardia. Siento qué cualquier cosa que diga puede hundirme. Perdón, pero no le creo que sea civil ahora.

—Es sobre su libro.

—¿Cuál?

—El de El ángel...

ELE (Versión Extendida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora