Matrimonio con Furuya Rei.

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"Y si todos te dan la espalda, yo te daré mi mano. "

Sucedían varios problemas en los cuarteles de policía cada que Furuya trabajaba para la organización negra. No todos estaba de acuerdo, en especial, ciertos altos mandos, incluso arriba de su principal jefe.

Siendo de casi madrugada, Rei salía de sus resintos de trabajo, aún lastimado, para ir por primera vez a su casa en dos noches.

Pensaba.

Nadie lo decía, pero él sabía que muchos consideraban que él era un asesino que daba vergüenza a Japón.

Finalmente, llegó a su hogar. Su esposa se encontraba dormida, así que únicamente se recostó con ella, dipuesto a dormir pocas horas, como siempre.

Solo ver su rostro, ayudaba a calmarlo.

Aún adormecida, la fémina supo de su presencia.

—¿Rei...? —murmuró. —Que alegría que estés aquí, Rei... —balbuceó, y sin esperarlo, ella lo abrazó.

Que reconfortante.