Mayor Verdad © [TERMINADA]

·Prólogo·

Mayor Verdad.

Prólogo.

Narrador omnisciente.

Presente.

   Las paredes del castillo de Arce retumbaron cuando uno de los explosivos de protección alrededor del perímetro estalló. Todos en la habitación temblaron, y no precisamente por la explosión. El chico de ojos verdes tomó del brazo a su pareja, esa chica experta en pólvora, para acercarla a su cuerpo y abrazarla para protegerla de la destrucción que nos esperaba fuera. La generala de guerra desenfundó su espada, bastante consciente de lo que ocurría allí, mientras la Bruja del Norte se posicionó frente a su reina y extendió las manos con sus cristales en sus bolsillos, buscando protegerla a todo costo, por sobre todo.

—Ésto se está saliendo de control —admitió Lizzie, apretando el cuerpo de Myles con el suyo.

   Hécate y Hades entraron a la sala de planificación con prisa, logrando poner a todos alerta. Los ojos oscuros de ambos fueron dirigidos directamente a su hermana menor, quién callaba profundamente como nunca antes lo había hecho y le dió una mirada indiferente a la niña que entró con su hermana.

—Intentan pasar las defensas del Sur —informó Hades—. Los explosivos por allí no resistirán lo suficiente. Tenemos que posicionar una parte del ejército en ese lugar.

   Cristel dió un paso adelante, buscando la atención de él.

—No tenemos ejército para proteger todo el alrededor del castillo —aclaró.

—No sirve de nada defender sólo la parte sur.

—¡Pero si pasan la zona Norte del castillo nos veremos obligados a evacuar por detrás! —exclamó Cristel. Guardó su espada nuevamente cuando el terreno dejó de temblar—. Si entran por la zona Norte y evacuamos hacia el Sur, nos encontraremos con lo que resta de ese ejército enemigo y Nihil. —Inhaló con pesadez, buscando la mirada de la reina—. La mayoría desertó y se posicionó del lado enemigo. La mayoría de nuestro ejército se puso en nuestra contra, majestad.

   Hécate presionó la mano de la niña a su lado con la suya al oír aquello salir de la experta en batallas.

—Perdimos —finalizó Hécate con terror en su voz.

   Cuando Hécate dijo aquello, su hermano quiso buscar más formas para salir huyendo del castillo, o alguna que otra defensa a la que Cristel se opuso. Myles y Lizzie callaban, mirando la escena y la discusión. Pero había sólo una persona que la miraba a ella, a la persona que acabó la guerra la vez pasada, esa que la inició y de la misma manera la terminó, ganando al matar a su esposo, ese rey traidor. Echo miraba a Hera en busca de una respuesta mientras Hades y Cristel discutían.

Pero era cierto lo que Hécate decía.

Perdieron.

Ésta vez perdieron.