Sueños Frustrados (Mirabel X Fem Reader)

4° Capítulo

Narradora: T/N

Después de despedirme de mis padres, Mirabel y yo nos fuimos en dirección a Casita con la compra.

T/N: ¿Qué es lo que te gusta hacer? –pregunto–.

Tengo que sacar conversación porque estar calladas me pone algo incómoda.

Mirabel: De todo un poco. Me gusta ayudar en todo lo que puedo, cocinar con mi madre y, lo mejor de todo: algunas veces todos los niños quedamos en la habitación de Dolores para que nos cuente algún chisme –explica contenta–.

T/N: Eso me interesa, yo necesito chisme para vivir –digo con una sonrisa socarrona–.

Mirabel: Puedes venir algún día si quieres, al resto les alegrará que venga alguien nuevo –ofrece amablemente–.

Vemos que Isabela aún sigue con sus tareas por el pueblo.

T/N: ¿Cuántos años tenía tu hermana? –pregunto discretamente–.

Mirabel: 21, ¿por? –responde con cara inocente–.

T/N: Qué pena –susurro– Por nada, pura curiosidad.

De un momento a otro, llegamos a Casita.

T/N: Bueno, me ha gustado mucho hablar contigo, nos vemos –digo dándome la vuelta para irme–.

Mirabel: Espera –dice agarrándome del brazo– ¿Quieres quedarte a cenar?

T/N: ¿Lo dices en serio? He querido probar la comida de tu madre desde que me explicó su don, me encantaría. Mi madre me matará porque llegaré tarde pero valdrá la pena –sonrío mientras entramos a Casita juntas–.

Al entrar, una baldosa del suelo se mueve de lado a lado en forma de saludo.

T/N: Me alegro de verte de nuevo.

Mirabel: Sígueme, ya estarán todos a punto de comer –me toma del brazo y me guía por la casa–.

Llegamos al comedor donde toda la familia está cenando. Vaya banquete, me voy a ir a casa rodando.

Mirabel: He invitado a T/N a comer, espero que no importe –comenta mientras yo me siento a su lado–.

Julieta: Come todo lo que quieras linda –ofrece amablemente–.

T/N: Adópteme, señora –susurro, aunque Mirabel lo escucha y se ríe levemente–.

No había comido cosas tan deliciosas en mi vida, cada vez que daba un bocado quería más. No hay duda, Julieta es una excelente cocinera, ¿le podré contratar?

T/N: Esto está increíble, señora Julieta –digo con un poco de comida en la boca–.

Julieta: Me alegro de que te guste pero no hace falta llamarme señora, llámame tía Julieta si prefieres –ríe levemente–.

Me estoy enamorando de una señora que puede ser mi madre, esta familia me va a matar al final.

Al terminar de cenar, Mirabel me ofreció unirme a la sesión de chisme que tiene lugar en la habitación de Dolores. Yo, obviamente, accedí.

Estábamos Camilo, Luisa, Isabela, Dolores, Mirabel y yo. Antonio se fue a dormir porque ya era muy tarde, está chiquito.

Camilo: Antes del chisme, quiero conocerte más T/N, porque ya conoces hasta nuestra casa y nosotros no sabemos ni lo que te gusta hacer.

Isabela: ¿Quién empieza a preguntar?

Luisa: ¡Yo, yo! –levanta la mano–.

T/N: Ni siquiera me preguntan si estoy de acuerdo, ni mudándome de país me respetan. A ver, pregunta.