Kitsune No Sai (キツネの精)

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-¿Prometes que volverás a visitarme?- la voz suave de la pequeña lo hizo dudar

-Me da mucho miedo este lugar

-Haré que nuestras almas vuelvan a coincidir

-Eres una niña muy rara

-Y tú un niño muy tonto- Ríe ampliamente

-¿Cómo te llamas?

-Katsuki, ¿y tú?

-Yo doy

-¡Sasuke!

Los golpes en la litera hicieron abrir sus ojos  como platos a causa de la impresión, la risa de su compañero lo hizo virar los ojos y girarse en la cama para intentar dormir de nuevo

-¡Hey Sasuke, despierta ya, o llegaremos tarde a la estación!

-¡Oh rayos!- se safa de la manta y se lanza de la litera torciéndose el tobillo - ¡Kuso!

-Si serás torpe, con un pie roto menos llegaremos, date prisa pero con calma

-Eso ni siquiera tiene sentido

-Ve y dúchate, ¡he intenta no matarte en el proceso!

La universidad había organizado un viaje al monte Fuji, estaba emocionado al igual que todos sus amigos. Se cepilla los dientes y corre de vuelta al dormitorio

-Es un hecho, Kumiko me dirá que si ésta vez

Su amigo Satoru era mucho más alto y fornido, por lo que siempre tenía a las chicas, Sasuke en cambio era de constectura delgada aunque no escuálido y demasiado tímido para acercarse a una chica

-¿Qué te hace pensar que está vez aceptará?- pregunta Sasuke no muy convencido

-Estuve ejercitándome todo el mes, ¿has visto qué definidos están mis abdominales?

Comienza a hacer poses frente a su amigo para alardear de su esculpida figura. Sasuke frunce la nariz e intenta alejarse

-¡Basta Satoru, estás avergonzándome!

-¡Solo tocalos, son de acero!- toma la mano de Sasuke y lo obliga a ponerla sobre su dorso- ¿a que son increíbles?

La puerta se abre y ambos sin abandonar su posición, miran hacia la entrada. Una chica rubia de amplios ojos rasgados mira a uno
y luego al otro con expresión de sorpresa

-¿Interrumpo?

-¡Kumiko!- gritan ambos al unisono.
Sasuke intenta liberarse, pero es el  pelinegro quien lo despega de un tirón, lanzándolo hacia la cama. la chica rie divertida

-Vengan par de tontos, ya tenemos que irnos. ¿¡Sasuke Yamaguchi, qué haces aún en calzones!?

Las mejillas del nombrado enrojecen y se cubre los calzones con ambas manos. Esto es lo más vergonzoso que me ha pasado en la vida. Kumiko era otra de sus amigas, los tres se conocían desde niños, pero desde hace poco Satoru había empezado a mirarla de otro modo, y había vuelto un poco extraño estar los tres juntos mientras el intentaba seducirla, pero claro, era inevitable no fijarse en Kumiko Takahashi, había dejado de ser una niña y lucia tan hermosa y enérgica como la flor de sakura en primavera

-¡Los espero en la estación, me adelantare con las chicas!

La puerta vuelve a cerrarse y chico se queja al sentir un golpe en su nuca

-¡Satoru!

-¡No vuelvas a enseñarle los calzones a mí futura novia! Si serás puerco

En el tren el chico toma asiento en uno de los vagones vacíos, odiaba viajar con gente cerca, especialmente cuando había niños llorando. ¿Por qué no tienen un interruptor para silenciarlos? El mundo fuera mejor. Pensó mientras escuchaba música y miraba por la ventanilla.