Capítulo 76: Dulces recuerdos

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_ ¿Que quieres decir? _ Pregunta la pelinegra, mirando con miedo a su contraparte.

_ Ahora que no estamos para defender van a atacar nuestros puntos débiles y Nurai no tendrá cómo defenderse_ Dice 304, entrecerrando los ojos con preocupación.

_ ¡Pero! _ Reclama Black, apretando los puños y mirando a su alrededor con desesperación.

_ Y si deciden que están bajo mucho peligro, usarán a Sarah. Ella podría perder el control y no recuperarse de eso. Nuestra única opción es despertar lo antes posible. _ Explica brevemente, moviéndose de un lado a otro._ De no ser así, seguramente el resto del ejercito caerá prisionero, posiblemente fusilen a los altos mandos.
Ella se percata del estado de Black, quien estaba temblando y respirando agitadamente, mirando sus manos con pánico. Finalmente, la gata suspira y hace una pausa prolongada, antes de continuar, en un tono más suave
_  No quiero ser pesimista, pero si eso ocurre, puede que maten a tu padre y a tu hermana, si es que a ella no la toman para investigar el experimento. 

_ Eso es lo que querían hacer con mi cuerpo. Deducir la naturaleza del experimento. _ Murmura la chica, dandose cuenta del objetivo de la situación ocurrida en batalla.

_ Es lo más probable. 

_ Necesito despertar, ni siquiera sé si llegamos al centro de investigación, podríamos haber sido emboscados mientras estaba inconsciente y estar en Somiya. _ Empieza a decir Black, rápidamente, mientras marcha en círculos estando al borde de las lagrimas.

_ No me parece probable. Pero realmente no podemos hacer nada al respecto, solo debemos esperar a que nos recuperemos. _ Responde 304, acercándose para intentar calmar a la chica.
Sin embargo, la pelinegra solo estaba empeorando su estado, y agarrando su cara con ambas manos, se sentó en el suelo, con sus rodillas contra el pecho.
_ Asi que no sabemos cuanto tiempo puede pasar hasta que vuelva a ser consciente. _ Murmura ella, tartamudeando.

_ No realmente. _ Dice el animal de ojos amarillos, suspirando con resignación.
Luego de unos minutos de silencio inescrutable, Black logra juntar el coraje para hablar de nuevo, aunque no cambia su posición.

_ Se que no estamos en los mejores términos, 304, pero quería pedirte que me lleves a mis memorias. 

_ ¡¿Qué?! _ Exclama ella, abriendo los ojos con sorpresa, a pesar de que sus pupilas permanecieron como una línea.

_ Al ver a Sarah, puedo ver como me mira, me reconoce y no puedo soportar no saber el porqué. _ Explica ella, con voz temblorosa, levantando su vista hacia la voz. _ Quiero saber como nos llevabamos, quienes eramos de pequeñas. 

304 se queda en silencio, contemplando la situación. Nada de esto era poco creible, pero nunca pensó que realmente le pediría algo así.

_ Ver tus propias memorias no es lo mismo que recordar, Black. _ Dice con amargura, sin mirarla a los ojos. _ Eres un expectador de la situación, ves lo que ocurre pero no puedes sentir lo mismo que sentiste en ese momento, es diferente.
Tan rápido como terminó de hablar, la soldado empezó a hablar, casi interrumpiendo, en un tono suplicante, pero exigente.
_ ¡Nunca te he pedido nada, 304!

_ No dije que no. Pero necesito que entiendas que no por recordar su relación vas a llevarte bien con ella._ Dice 304, con tranquilidad a pesar del tono agotado en su voz.  

_ Lo entiendo. _ Responde la pelinegra lentamente, relajando su postura. Luego de intercambiar una mirada, la gata tiene certeza de lo que dice es cierto.

La oscuridad se deforma, las formas cambian al iluminarse y de repente, ambas están en un paisaje familiar, la misma habitación con dos camas que Black había visto en una de sus pesadillas. 

_ Si quieres recordar lo más posible, necesitamos que sea gradual, debemos empezar en un lugar que ya recuerdes. _ Agrega la gata, asintiendo con la cabeza.

_ No tengo la mejor impresión de esta habitación. _ Murmura la chica, poniéndose de pie y rascando su nuca.

_ Es tu habitación Black, la mitad de tus recuerdos empiezan o terminan aquí. _ Gruñe la gata, con un tono de molestia.

_ ¿Esta era mi habitación? _ Murmura ella, más para si que otra cosa.

Ella parecía querer decir algo más, pero fue interrumpida por una versión más joven de sí misma, entrando por la puerta que, riéndo por lo bajo, entro a el pequeño armario en una esquina de la habitación.
Luego de unos segundos, Sarah también entra, aunque lentamente y mirando hacia todos lados, antes de cerrar la puerta detrás de ella. Ninguna de ellas tenía sus características orejas de animal. Luego de fijarse debajo de ambas camas, la mirada de la niña de fija en el armario. En puntillas de pie, se acerca y abre la puerta de repente, dejando ver a su hermana, enredada entre piezas de ropa colorida. 

_ ¡Te encontré! _ Grita la rubia, triunfante.

_ ¡No se vale! ¡Otra vez! _ Reclama Black, mirandola con ojos suplicantes. 

La conversación de las niñas empieza a desvanecerse, junto al resto del escenario, y Black se encuentra llorando de la emoción. 

_ Eso es nuevo ¿Desde cuando lloras por algo que no sea desesperación?

_ Cállate 304, era un momento tierno. 

_ Nadie dijo que no lo fuera. _ Responde, riéndose por lo bajo.

Ambas matienen un silencio cómodo hasta que la chica suspira pesadamente. 

_ ¿Que ocurre? _ Pregunta la gata, mirandola de costado

_ Perder esos recuerdos, no recordar nada de mi infancia. Se siente como que perdí mi identidad luego del experimento. _ Explica la pelinegra, con un tono amargo en la voz, mirando el suelo y apretando sus manos. Su rostro reflejaba todo el dolor que sentía y la presión en su pecho se hacia cada vez mayor.

_ Al menos a tí te siguen tratando por tu nombre en vez de por el número de experimento. _ Comenta 304, acostandose en el suelo con resignación.

_ Espera ¿Tienes nombre? _ Pregunta Black, mirandola con sorpresa.

_ Claro que sí. ¿Que pensabas? ¿Que siempre fuí un experimento o algo así? _ Responde la gata, con un tono indignado.

_ No lo sé, supongo que nunca lo pensé mucho. _ Murmura ella, desviando su mirada, con culpa. Ninguna dijo nada por unos segundos, pero la gata de ojos amarillos tragó saliva y se dispuso a explicar.

_ Fue difícil ¿sabes? 

_ ¿A que te refieres? _ Pregunta la pelinegra, con curiosidad y preocupación danzando en sus ojos.

_ Cuando me volvieron parte del experimento. De repente ya no era un ser vivo, ya no era nada. Me trataban como una cosa a la que tirar si se rompe o no funciona. _ Dice, cerrando sus ojos y reviviendo recuerdos lejanos.

Black Kurenai: La Guerra (Boceto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora