Cinco.

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El sol empezaba a ocultarse y Haziel solo caminaba por uno de los tantos senderos en Mondstad mientras se preguntaba si podría acordarse del camino para volver, esperaba que sí, aunque también confiaba que de perderse tarde o temprano encontraría ...

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El sol empezaba a ocultarse y Haziel solo caminaba por uno de los tantos senderos en Mondstad mientras se preguntaba si podría acordarse del camino para volver, esperaba que sí, aunque también confiaba que de perderse tarde o temprano encontraría a alguna persona para pedirle instrucciones, algún caballero o algún aventuro.

Ese día había sido bastante cansador, había estado haciendo varias cosas de su mudanza con la ayuda de Lisa, comprar muebles y colocarlos puede cansar bastante, también había terminado de organizar varias de sus investigaciones para poder presentarlas a su jefe Albedo y había buscado información sobre el héroe oscuro, no había conseguido mucha más de la que ya tenía, pero sí algunas conclusiones de otras personas, también sobre el pelirrojo que los había atendido, y con todo eso había llegado a la conclusión de que eran la misma persona, todo eso no lo consiguió en un solo día, fueron tres en total.

Hablando con una chica le contó que había llegado a la conclusión de que el héroe oscuro era rico, Diluc era dueño de muchos viñedos al igual que de su propio bar.

Ambos tenían el cabello rojo, siendo que no era un color fácil de ver, de hecho hasta ese momento no había conocido a ninguna otra persona que lo tuviera de ese color, anaranjado si y marrón rojizo también.

Diluc también era fuerte, incluso cuando discutían quién era la persona más fuerte en todo Mondstad el estaba entre los posibles candidatos.

No solo su fuerza, sino que hablando con Kaeya descubrió que ambos usaban mandoble.

Su voz era igual, al principio le había resultado muy parecida pero después que se acercó a hablar con él, pidiendo disculpas por si Kaeya lo había molestado, pudo darse cuenta que si eran la misma.

Aunque la vez que lo conoció no pudo ver muy bien su ropa ya que su capa tapaba bastante su cuerpo, estaba seguro que lo poco que pudo ver tenía un estilo bastante similar al de Diluc.

Y por último pero no menos importante. Había escuchado que Diluc durante un tiempo había estado fuera de Mondstad, curiosamente coincide con el tiempo que lo había conocido en Liyue.

Haziel mientras caminaba pensaba en su conclusión y en lo que podía hacer ahora, por más que pensaba no se le ocurría nada. Y así fue como pasaron las horas, las estrellas brillaban fuertemente en el cielo mientras intentaba buscar el camino de regreso a la ciudad, aunque sin mucho apuro.

Un paso tras a otro, mientras más caminaba más observada se sentía ¿Acaso había alguien siguiéndola? Había mirado a los costados más de una vez pero nada. Poco a poco la desconfianza empezó a ser más fuerte, no quería pelear pero tampoco tenía sentido continuar con eso, era muy molesto no saber en qué momento podían atacar.

–Ya se que estas detrás mío.

Había dicho esa frase en más de una ocasión, muchas veces no había nadie, está vez si sirvio.

Un juego de niños.«Diluc x Oc.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora