20 Comida y películas

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Hoy Víctor viene a casa por primera vez a pasar el día. Las cosas en su casa no van para nada bien: sus padres se separaron y su madre no quiere hablar sobre su orientación, así que le propuse una tarde de películas porque, aunque no lo diga, puedo ver en sus ojos que todo eso le preocupa y mi trabajo como buen novio es estar para el en los momentos difíciles.

—Ugg— aulló Tom haciendo muecas de asco, mientras sostenía con dos dedos una mascarilla amarilla.—¿Segura que esto sirve de algo?— preguntó a Susan que estaba preparando el kit de emergencia y yo rebotaba una pelotita de goma en el suelo; sirve para controlar mi ansiedad.

—Claro— farfulló mi amiga con gesto indignado.—¿Vas a ponerte eso?— señaló la mascarilla.—Se va a secar amor— mi amigo lanzó a mi cama y se colocó la mascarilla en su cara rápidamente. Susan y yo reímos.

—Una futura estrella de cine debe de cuidar su cutis— agregó Tom de la manera más British posible.

—Cierto— confirmamos Susan y yo al mismo tiempo.

—Cuando se ponen en plan "hermanos gemelos" me dan miedo—espetó Tom.

—Volviendo al tema— Bufó Susan, ignorando olímpicamente a mi amigo.—Benji se debe ver radiante para recibir a Víctor. ¡Por dios!— agarró mi cara inspeccionándola. Sus dedos me lastimaban.—Cariño, debes pregúntale a Víctor cuál es su rutina facial— ambos nos vimos a los ojo.

—Tiene la cara más suave— confirmamos al unísono.

—Tienes mucho por hacer para estar a su nivel.

—Uy, te dijo feo— susurró Tom casi sin poder contener la risa. Pero Susan no escucho.
Pero estas en buenas manos — chilló de emoción y me aplicó la primera mascarilla y durante 20 minutos nadie habló, sólo veíamos Sex Education por Netflix.

—¿Qué planeas hacer con Víctor?— Tom estaba adormilado, sin decidirse  por una película para ver, después de terminar sex education.

—Haremos sushi para comer, y haremos una maratón de las películas de Batman de Christopher Nolan?

—Eso es cero romántico de tu parte— me regañó Susan. Tom y yo fruncimos el ceño.
—¿Qué tiene de malo Batman?— protestamos los dos al mismo tiempo y chocamos los puños.

—¡Ahhhh! ¡No hagas gestos!— gritó Susan.—¡Se te harán arrugas!— pasó las yemas de sus dedos sobre las líneas de expresión de mi cara, mientras yo intentaba mantener mi cara lo más neutra posible.—Tienen que ver una película romántica— sugirió más tranquila.

—Mala idea— ambos volteamos a ver a Tom; era raro que el opinara sobre citas cuando sabemos que la que dio el primer paso fue Susan y, además Tom no es especialmente detallista.—Ninguna película LGTB termina bien— tenía razón.

Una hora después estaba en la puerta despidiendo a mis amigos. Para mi sorpresa cuando lo abrí me encontré a Víctor con una rosa roja y una bolsa de botana.

—Ho... hola— saludó con una sonrisa nerviosa, pero pude notar al instante que sus ojos brillaron al verme y en cuanto vi la rosa sentí mis mejillas arder.

—Victor. Hola ¿Qué tal? ¿Cómo estas? Nosotros ya nos vamos— mi amiga me guiñó el ojo en señal de complicidad y jaló a Tom del brazo. Se fueron, por fin solos.

—Hola— me abalancé sobre el, tenía tantas ganas de abrazarlo y estaba tan feliz de verlo que nada más importó.— Tenía ganas de verte.

—Yo también.

—Pasa— lo llevé de la no a la cocina y no apartó la mirada de mi.—¿Tengo algo en la cara?

—No— dijo el y me besó. Fue tan cálido y simplemente todo mi cuerpo se relajó, me sentí completo estando con el.

Love, BenjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora