NEW VERSION: IX.

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SICILIA, ITALIA

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SICILIA, ITALIA. │ MASEN.

Había pasado oficialmente una semana desde que había secuestrado a Hayley y también desde que nos fuimos de Inglaterra para venir a Italia. Ella no estaba contenta con la idea de que no la libere para volver a Londres.

Hacía unos dos días me había propuesto que la dejara libre a cambio de que su madre no me arruinara los negocios. A decir verdad, si no me gustará tampoco hubiese aceptado ese malo trato porque sabía perfectamente que Clarissa no me iba a sacar la mirada luego de que haya secuestrado a su hija.

Ayer recibí una llamada de mi padre, gracias a dios no era para tener una conversación sobre lo malo y estúpido que fue para él que yo haya secuestrado a Hayley, si no que me llamó para informarme sobre los problemas y las noticias de Inglaterra.

No tenía pensado volver a Inglaterra al menos hasta dentro de un mes, quería quedarme en Italia el mayor tiempo posible, no quería salir del país y tener alrededor de diez escoltas detrás mío. Italia era el país más seguro en mi lista de países seguros.

Por lo que me contó mi padre, Clarissa Smith ya estaba más que enterada sobre quién había tomado a su hija, también sobre la traición de James al trabajar conmigo. No solo eso, si no que organizó un operativo en Escocia con la esperanza de encontrarme escondido en la fábrica que abandoné hacía unas semanas por seguridad.

Mi semana había sido algo entretenida, ya que lo único que hacía todo el día era sentarme en mi oficina, tener reuniones, matar gente y hacer negocios, pero hoy iba a tener un día diferente porque lo pasaría con mi principessa.

Ayer hablamos y quedamos que debería de conocer la mansión y que además debería comenzar a salir del cuarto y andar por la casa. No estuvo de acuerdo al principio, pero estaba más que seguro que ya estaba hastiada de estar encerrada en esas cuatro paredes.

A la hora aceptó mi propuesta sobre andar en su casa, ya que ahora la mansión en Italia ya le pertenecía, por ahora con el apellido Woods, pero pronto con mi apellido Clynner.

Caminé hacia mi habitación que ahora le pertenecía a mi principessa y abrí la puerta encontrándome con una Hayley subiéndose los pantalones cortos, tenía bragas blancas y su hermoso culito estaba descubierto gracias a que aún no había subido sus shorts.

—¿No sabes tocar la puerta?

Me apoyé en el marco de la puerta observándola mejor. Tenía el cabello rubio algo mojado dejándome en claro que se había dado una ducha y vestía una blusa blanca básica sin mangas.

A cambio de que saliera de la habitación tenía que comprarle blusas porque no quería usar más mis camisas para andar en el día a día, así que no me quedó de otra que mandar a uno de mis hombres a comprar cincuenta blusas diferentes para que tuviera hasta que ella misma saliera a comprarlas.

Obsesión Desafortunada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora