—Ese chico es demasiado precioso, ¿lo vez?.
—No te lo puedo negar es demasiado lindo. - Balbuceaban las chicas a mi alrededor, ¿sabrán que llevo rato escuchándolas?.
En realidad no me importa en lo absoluto, nunca me ha interesado seguirles la corriente, las personas son tan complicadas y sencillas a la vez. Para mi es todo un espectáculo, entretenido. Se dejan llevar de las apariencias de las demás personas, y se comen todas sus mentiras, que ridículo, es total mente ridículo.
¿Una pareja?
Nunca he estado enamorado, ni he experimentando el amor, dicen sentir "mariposas en el estomago" y las mariposas son insectos, solo que su belleza es cambiante y cautivadora. sin embargo, siguen siendo insectos, y me generan asco.
Todos ellos podrían aprender de sus errores, si no estuvieran tan ocupado negándolos. "Ellos" no me comparo, yo soy muy superior a esas simples cabezas con patas.
—Oye, Axel. Discúlpanos por molestarte en pleno descanso de jornada de clases, pero mi amiga aquí... ¡Hey Dalia vuelve aquí!- Son las chicas de antes, la que hablo toma del brazo a la otra de forma juguetona y continúa hablando. —A mi amiga Dalia le llamas la atención y bueno, ella quiere saber si...
—Claro, ¿A quién no? -Interrumpo, regalándoles una sonrisa para nada tranquila, voy a lo desafiante y puedo notar la sangre apoderándose del rostro de ambas chicas, y su cuerpo volverse inmóvil.
—Ah dios, las chicas matarían por estar contigo.
"Matarían"
Sus palabras sonaron una y otra vez en mi cabeza.
—Claro, oh pero... no te lo tomes a literal. Es un decir.
—Dalia, ese es tu nombre.
—Si lo es.
—Bien, si es cierto lo que tu amiga me esta diciendo, ya que tu tuviste la cobardía de no hacerlo, te espero en mi casa luego de clases.
—¿Es en serió?
—Si que lo es.
—Muchas gracias, no faltare, ¡hasta luego Eris!. -dijo para luego marcharse.
La otra chica, solo me regalo una sonrisa para darce vuelta e irse.
—¿Eris?
Se detiene en seco, y voltea a verme.
—Ven, hablemos.
Esto se a vuelto interesante, Dalia debería correr... Y no ir.
-
Cruzado de brazos, un pie encima del otro sobre el sofá. Diagonal a la puerta principal, esperando mi visita pacientemente, este día será muy divertido. Para mí...
Las manijas del reloj van pasando, y mi paciencia se va agotando y es de esperarse, no fui dotado con el don de la paciencia.
No ha de pasar mucho tiempo hasta que toque esa puerta y comience la fiesta.
Bajo mis piernas y recuesto mis codos sobre mis rodillas, hasta que finalmente escucho llamar a la puerta.
—¿Hay alguien en casa?.
Ella no espero una respuesta y abrió la puerta rápidamente.
¡ERROR!
Volteo a mirarla y le regalo una sonrisa, ella sigue caminando tomando asiento en uno de los asientos de enfrente.
—Hola...- habla nerviosa. —Yo, verás...
—No tienes que darme explicaciones, tranquila linda.
<<Huye>>
Le ofrezco un vaso de jugo, ante todo hospitalidad.
¡Comienza el juego!
—¿Vives solo?.
—Sí.
—Ya veo, entonces...
—Seamos directos -Interrumpo. -¿Qué hay de eso con que "las chicas matarían por estar contigo"?.
—Oh, si. Eres tan... ¿Maravilloso?. No encuentro las palabras correctas para decirte todo esto, y tener la oportunidad de que me hayas invitado a mi. A tu casa, es tan... Soy tan afortunada.
—"Son" afortunadas. -Corrijo.
Su mirada es desconcertante.
—¿Hay alguien más?.
—Por supuesto que sí. Pasa, Eris. Tu amiga Daila llego hace un rato.
Eris abre la puerta de mi habitación, y camina lentamente, su camisa arrugada, su rostro sonrojado, su cabello desordenado.
—¡¿Qué hace Eris aquí?!. -se levanta rápidamente, pero tambalea un poco.
—¡¿Y porque su ropa esta así?!.
—Calma Daila, hasta penas esto comienza.
Me mira totalmente horrorisada, para luego caerse al suelo dormida.
—¡Regla número 17! "Ten cuidado con lo que tomas en esta casa".
-
—Ya era hora de que despertaras, Dalia.
Voltea a verme luego de escucharme hablar, mientras da vistasos a su alrededor. Esto no se parece para nada ha el lugar en el que estaba hacia unas horas. Ahora solo había un foco que alumbraba con dificultad el lugar, hay tres asientos. Y objetos metalicos en el suelo. Su mirada demuestra tanto miedo.
—¿Qué esta pasando Axel?. Sacame de aquí, Axel por favor. -Sus ojos comienzan a inundarse de lágrimas.
—"las chicas matarían por estar contigo". Dijiste eso, Daila. Ahora, matense. -dije, sus ojos cada vez más, demostraban miedo. -O las mato yo.
Daila le da una mirada rápida a Eris, que esta sentada en completo silencio, y vuelve su mirada hacia mi.
Riendo con dficultad, sus ojos llenos de lagrimas habla:
—Esto es una broma, Eris es mi mejor amiga yo no... -su voz se corta, al sentir una puñalada en la parte baja de la espalda.
—Muere, Axel es mio.
¡Fin del juego!
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Visualización.
Mystery / Thriller> Mientras la vida diaria de las personas en el lejano pueblo de Buckhead ubicado en el condado de Morgan en el estado estadounidense de Georgia, transcurría de manera normal. Para Axel siempre tenía algo nuevo, y un tanto interesante, siendo un ch...