Alexandra
El sábado llegó rápido, y mi semana pasó borrosa entre mis ocupaciones, llevar a cabo mis planes e ignorar como pudiera las cosas malas que estaban sucediendo. Por un lado, mamá no había vuelto a molestarme o a ser una brabucona. Mi relación con Aiden era perfecta —él era perfecto—, los Raiders habían ganado su segundo partido de playoff y se dirigían a la semifinal, mis aplicaciones universitarias estaban listas, el acosador no había vuelto a mostrar su cara y todo estaba en marcha para la fiesta de esta noche en mi casa del lago, luego de sobornar a todo el mundo con botellas de alcohol de cien dólares.
Por otro lado, mi hermano seguía siendo Devil King, papá seguía siendo el causante de la muerte de su examante y madre de la mejor amiga de mi novio. Si ponía todo en perspectiva, no estaba segura de qué era peor. Las cosas buenas solo eran.... buenas, con excepción de mi relación con Aiden —que para mí era perfecta y mucho más que solo buena—, pero las cosas malas era terroríficas y escalofriantes.
Y por otro lado también, luego de hablar y negociar, Hayley y Gina se disculparon con Katt y ahora lo estábamos intentando de nuevo.
Todos estábamos intentándolo de nuevo, y a pesar de que las Raiders estaban aquí a regañadientes, las cosas tenían pinta de que no irían tan mal.
De pronto, Ashley estaba a mi lado.
—Esta tiene que ser la peor idea que haz tenido en tu vida, King.
—¿De qué hablas? Es la mejor idea del mundo.
—Sabes que solo vienen por el alcohol que ofreciste, ¿no?
—Lo tengo en cuenta, pero espero que se den cuenta que podemos convivir en paz y tener la mejor fiesta de nuestras vidas.
—¿De dónde sacas tanto dinero, de todas formas? Dudo que papi querido haya aprobado algo de esto.
—Tengo mis métodos, contactos, y puede o puede que no haya robado dinero de diferentes tarjetas de crédito para que papá no note cuánto ocupé. Nunca revisa sus estados de cuenta.
—Si alguien se mata hoy, espero que te sientas culpables.
—Lo tengo todo controlado, no te preocupes.
Resultaba que ser la hermana de Devil King tenía sus ventajas, sobre todo con Travis intentando arreglar nuestra deteriorada relación. Solo bastó un pequeño mensaje para que asignara a algunos de sus hombres a asegurarse de que nadie se matara, y si las cosas se descontrolaban, ellos definitivamente sabrían cómo controlarlo.
—Eso intento.
—Mi plan es casi infalible. Luego de cuidadosa consideración, sé exactamente qué hacer y qué no hacer, a quién juntar y a quién no y cuánta cantidad de alcohol repartir por minuto. ¿Por qué nadie confía en mis habilidades de planeación?
—Maquinación —me corrigió, rodando los ojos.
—Como sea. Hay que arreglar los últimos detalles, las personas comenzarán a llegar en cualquier momento.
A eso de las nueve llegaron los primeros invitados. Me había preocupado cuidadosamente de que las personas neutrales estuvieran aquí primero: vale decir, aquellos del sur o del norte que no se metían en las jerarquías sociales y mantenían un bajo perfil, los que resultaron ser a lo menos un cuarto de los seniors. Las animadoras de ambos lados de la ciudad ya estaban aquí y habían aprendido a convivir un poco más luego de que la presentación del día anterior fuera perfecta de ambos lados y me ayudaran a organizar la fiesta a regañadientes. Con las animadoras conviviendo, todas las chicas se iban a llevar bien, y ahora los hombres con su testosterona y estupidez habitual serían mi mayor problema. Si Aiden podía controlar lo suficiente a los Raiders, dudaba que algo saliera mal. Si Jake se portaba como un idiota, solo esperaba que no lo terminaran resolviendo a golpes y los hombres de mi hermano tuvieran que intervenir.
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The wrong side of town - Parte I y II
RomanceAlexandra King es una reina; la reina de la escuela, la reina de toda la ciudad. Hija del alcalde de Sylver Valley y capitana de las porristas, se encuentra en la cima de la pirámide social, pero tiene un pequeño secreto. Está enamorada de quién no...