Prólogo

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Un chico abrazaba a una chica debajo de un gran árbol, era de noche, los dos miraban la luna. La chica lo miro y le pregunto.

—¿Que ves en mi?— dijo la chica mirándose a si misma y el frunció el entrecejo, con una mueca en los labios. —Soy extraña.

—Es cierto lo eres— dijo el chico, y la chica puso una mueca —Pero ser extraño no esta mal— ella lo miro extrañada y él continuo hablando —El mundo, es igual. Árboles verdes, algunos con flores, otros con frutas. Siempre es lo mismo, todo igual, cosas así llegan a ser aburridas. Pero las cosas extrañas, que desconocemos llaman nuestra atención, por ejemplo, el cielo, es hermoso, sus infinidades de estrellas brillantes que lo adornan y la luna.— dijo el chico mirando al cielo, señalando cada una de las cosas que nombró y la chica observaba junto con él —Son todos distintos, unas brillan más que otras, tienes distintos tamaños y es algo completamente extraño para nosotros.—dijo volviendo su mirada hacia la chica —Eso despierta curiosidad en nosotros, y hace que lo extraño no nos aburra, nos atrae, nos gusta.— decía y la chica lo miraba fijamente a los ojos —Y tú eres mi cielo.

La chica se sonrojo totalmente y se acercó a al chico para plantarle un beso tierno en los labios, luego de unos segundos se separó de él, lo miro a los ojos y acariciando su mejilla le dijo al chico.

—Y tú el mío— el chico la miró con una gran sonrisa en la cara por lo que había dicho. —Tú eres mi cielo, chico antisocial.

Está vez fue el chico quien se abalanzó sobre la chica para besarla.

Chico AntisocialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora