Sueños Frustrados (Mirabel X Fem Reader)

6° Capítulo

Narradora T/N

Después de la intensa explicación sobre los dones a aquellos niños que no hacen más que joder, decidí relajarme un poco y ayudar a Mirabel a preparar las cosas para la ceremonia de Toñito.

Ella iba cargada con una caja hasta arriba de objetos que desconozco, como no podía ver nada le ofrecí mi ayuda pero se negó.
Después de un par de caídas, aceptó mi ayuda y me dio la caja.

Al entrar vimos a Pepa creando un tornado ya que pensaba que la ceremonia de su hijo no sería perfecta.
Por otro lado, Félix la intentaba calmar como podía.

Félix: Mi amor, estás destrozando las flores –comenta señalándolas–.

Isabela: ¿Acaso alguien dijo flores? –pregunta desde el piso de arriba–.

Baja haciendo un par de acrobacias como la diva que es y le ofrece flores a su tía.
Si las miradas mataran, Mirabel la hubiera asesinado 3 veces al menos.

Isabela: Un consejito de hermanas: si de verdad quieres ayudar ni lo intentes, estorbas –comenta sin pudor estampando su largo pelo en la cara de su hermana–. T/N, me gustaría hablar contigo luego, si puede ser –dice creando una flor para mí–.

Mirabel: Estará conmigo hoy, así que está ocupada –replica poniéndose en medio de ambas– Además, la estorbosa aquí eres tú.

Al no fijarse por dónde iba andando se chocó con un pilar de Casita, me reí levemente y me volteé para responder a Isabela.

T/N: Iré contigo cuando termine de ayudar a Mirabel –susurro para que la nombrada no me escuche–. Y gracias por la flor –sonrío–.

Isabela: Te espero en mi habitación –susurra de vuelta–.

Mirabel: Vamos T/N –me agarra de la mano y me lleva a rastras a la cocina mientras mira mal a su hermana–.

Al llegar, nos encontramos a la tía Julieta.

Julieta: Wow –musita al ver todo lo que llevo a cuestas– ¿Está todo bien? Ya saben que no deben sobrepasarse, sobre todo tú mija –dice a su hija–.

Mirabel: Estoy bien mamá –empieza a sacar las cosas de la caja–.

T/N: No te preocupes tía Julieta, yo la vigilaré y cuidaré –sonrío– Te doy mi palabra.

De repente, Agustín aparece de la nada.

Agustín: Tiene razón, amor. Primera ceremonia desde la tuya, todos están nerviosos –se sitúa al lado de su hija–.

Está lleno de picaduras de abeja y está como si nada. Debe picar como el demonio pero parece estar acostumbrado.

Mirabel: Abejas –musita apartándose de su padre–.

Julieta: Ay, Agustín –rueda los ojos y se va a por comida– Come –le mete una arepa en la boca y lo cura por completo– Mi amor, si quieres hablar sobre esto... –dice refiriéndose a Mirabel–.

Mirabel: Estoy bien, la casa no se va a decorar sola –comienza a caminar hacia la salida–.

Casita, que tienes unos banderines como decoración, se pone "triste" haciendo que estos cuelguen más de lo normal.

T/N: Es mentira, no le creas a esa niña mala –corro a abrazar la pared–.

Mirabel rueda los ojos y se va de la cocina.