Capítulo 1

138 15 5
                                    

ADVERTENCIAS: 

- FIC OMEGAVERSO; AOMINE OMEGA, KAGAMI ALFA.
- HAY VIOLENCIA FAMILIAR A MENORES, ABUSOS Y VIOLACIONES.
- DESPRECIO HACIA LOS OMEGAS
- PODER DE LOS ALFAS SOBRE LOS OMEGAS E HIJOS
- PERSONAJE PRINCIPAL NO ESCOLARIZADO
- PERSONAJE PRINCIPAL CON SORDERA
- MUCHO, MUCHO DRAMA
- MPREG
- Los personajes no me pertenecen.

.
.
.

Capitulo 1

El cielo estaba tornándose de un gris oscuro, y el viento que se levantó amenazaba con que se iba a poner a llover en poco tiempo.

Miró la caña improvisada, y la pluma del sedal que rebotaba levemente sobre el agua. Apenas sólo había conseguido pescar un mísero pez, y esperaba pescar otro antes de que comenzase a llover, no tenía ganas de mojarse.

Un pequeño ruido y unos círculos sobre el agua llamaron su atención; un niño, no muy lejos desde dónde se encontraba él, estaba cerca de la orilla buscando algo.

—¡Hey! ¿Qué es lo que haces? ¡Me estás espantando a los peces! —gritó hacia su dirección, pero el niño no giró su rostro hacia él, ni mucho menos detuvo su acción. Como el niño pareciera que lo estuviese ignorando, dejó su caña y se acercó a él, molesto—. ¡Oye! Te estoy hablando, ¿sabes? No te metas al agua cuando hay alguien pescando al lado, ¡esos peces serán mi cena! ¿Me estás escuchando o acaso eres sordo? —tomó con algo de molestia del brazo al niño, que se asustó de encontrarse a alguien de repente a su lado.

Los orbes rubíes mostraron miedo, pensando que el intruso le iba a golpear, por lo que levantó sus brazos y los cruzó para cubrirse el rostro.

—No te voy a hacer nada —hizo un puchero, sintiéndose mal porque el otro pensase que lo iba a golpear. Pero el pelirrojo seguía cubriéndose—. Oye, ya te he dicho que no te voy a hacer nada. Soy Daiki —le sonrió, mostrando una sonrisa con falta de algunos dientes de leche.

El otro niño dejó de cubrirse, observando muy atentamente al otro chico enfrente de él. Daiki, al ver que no hacía nada, volvió a repetir su nombre y le extendió su mano, esperando ser estrechada.

Al ver tan extraño al pelirrojo y los arañazos que tenía en sus bracitos y algún que otro raspón en su rodilla y mejilla, pensó que se había peleado con alguien y que lo que estaba haciendo tenía que ver con esas heridas—. ¿Qué es lo que estás buscando?

El niño frunció sus extrañas cejas y se señaló uno de sus oídos, y después fue hasta la orilla, de donde tomó en su mochila un cuaderno, comenzando a escribir en éste para mostrárselo al moreno.

—Lo siento, no entiendo lo que pone —dijo llevándose una mano a su nuca, con algo de vergüenza—, pero creo que sé lo que quieres decirme. Alguien te hizo algo, ¿no? —volvió a señalarse la oreja y el agua del río—. Vale, creo que sé qué buscas. Es para poder oír, ¿no? —ahora fue él el que se señaló el oído, y el niño asintió—. Y por tus heridas, alguien te los quitó y los tiró al agua, ¿no? —hizo gestos de una pelea, y después el de tomar el aparato y tirarlo al agua, y el chiquillo asintió, corroborándole que eso era lo que había ocurrido—. No te preocupes, te ayudaré a recuperarlo.

Daiki comenzó a buscar por el agua, haciendo lo mismo que estaba haciendo antes el otro niño, pero unas voces detrás de ellos hizo que dejase su búsqueda.

—Miren quiénes son, el tonto y el sordo —se burló un niño rubio, haciendo reír a sus otros dos amigos.

—¿Es que no pensáis que si se ha caído al agua ya no funcionaría? —habló ahora otro de ellos, de cabellos castaños.

Lágrimas Azul Cobalto (KnB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora