CAPÍTULO 62

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LAS NOTAS

Bueno ya se ha acabado el curso y hoy nos entregan las benditas notas, me pone muy nerviosa siempre, aunque yo nunca he suspendido.

Pero el sustituto del profe de física, empieza a hablar de física.

—Como que no se enteró que hoy dan las ultimas notas.— susurra Zack y sonrió encogiéndome de hombros.

—Es decir el señor se aburría mogollón así que creo una rama entera de mates.— comentó concentrada en mirar la tapa del boli.

—En resumen, que no tenia vida y se aburría— me sigue Zack, con los comentarios sobre Newton.

Miro a Zack que se voltea a mirarme al mismo tiempo, para ver si vimos lo mismo. Al darnos cuenta de que si empezamos a reír, nos regañan.

—Lo siento.— me disculpo levantando la mano entre risas.

Y no se como, ni dónde el profesor saco globos, así que los inflamos.
Es última hora así que cuando suena el timbre salimos de clase, las notas nos la entregan por la tarde, lo que me pone más nerviosa.

Todos salimos con un globo de la mano y se me ocurre una idea.

—Quiero regálele esto a alguien random— digo mirando a Zack.

—Si le das ese globo a esa niña te doy dos besos— me reta

—¿Solo dos?— me quejo pero acepto, me acerco a la niña que pasea con su madre.

—Hola linda, toma, para ti— le tiendo el globo, mira a sus madre que asiente y ella lo coge me sonríe y me agradece.

—Muchas gracias— dice la señora y se van, yo vuelvo con Zack que me recompensa con dos besos.

—Ahora tu.— le digo y este ríe.

—Si mira a ese— señala un señor de mala cara y calvo

—Y le dices me gusta su peinado.— me burlo y él ríe

—O sea no, sus cejas— me sigue Zack y me entra un ataque de risa.

Empezamos a reír y como hoy vinimos caminando regresamos a casa caminando.

Al llegar a casa Zack se va ya que quedó con Sofia para comer.

—Ven a casa.— le envió el mensaje a Connor que lo lee que inmediato y contesta con un "ok".

Tras una hora se aparece en la puerta de casa.

—El abogado, te ha amenazado, ha dicho que si no le dejas tranquilo hará cosas malas.— le digo y él me tranquiliza con una sonrisa de las suyas, de poli.

—Soy poli, por si se te ha olvidado. Tranquila pronto estará entre rejas.—

—Si cae él, caigo yo...— recuerdo las palabras que me dijo en el bosque

—Te aseguró que no, tranquila eso ya lo tengo controlado. —

—Vale, mi hermano te espera en el salón yo haré unos batidos de chocolate.— cierro la puerta y voy a la cocina.

Doy unos saltitos para alcanzar el bote de colacao, mi hermano se carcajea pasando detrás de mi.

—¿Como es que eres mi mellizo y eres más alto que yo?— me quejo mirándole.

—Años de baloncesto que tú no quisiste, hermanita — me guiña un ojo y alza el brazo para alcanzar el bote que yo tanto intentaba alcanzar.

Le miro mal y luego le sonrió mientras preparo nuestra malteada de chocolate.

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