Único

62 13 0
                                    

El sol ya comenzaba a desaparecer en el hermoso atardecer de tonos naranjas y violetas, sin embargo, las cortinas en su ventana no dejaban pasar aquella luz, pues desde hace mucho que no se abren.

Él seguía hecho bolita envuelto en los edredones de su cama matrimonial, demasiado somnoliento para estar despierto pero demasiado activo como para estar dormido. Ni siquiera se molestó en ir a abrir la puerta cuando el timbre sonó, no tenía ánimos para moverse.

Después de un rato, el timbre finalmente dejó de sonar; se sintió aliviado por unos segundos hasta que la puerta de su habitación fue abierta estruendosamente, asustándolo.

Una figura se adentró en la habitación y se movió hábilmente entre los montones de ropa, zapatos y libros regados por el suelo, y llegó hasta el cuerpo del chico, sólo para zarandearlo.

Félix quiso asesinarlo por ser tan molesto, pero como ya dije, estaba demasiado cansado para eso.

-Jisung~ vete- Dijo murmurando. El más bajo frunció los labios con desagrado.

-Levántate, llevas mucho aquí acostado- replicó como si fuera su madre.

El pecoso gruñó y se cubrió de nuevo. -Estoy cansado, Han.

-Has dormido por dos meses completos, es hora de que saques tu trasero de esa cama.

Dicho y hecho, el pequeño Jisung se las ingenió para desenrollar los edredones y dar vista del delegado cuerpo del menor.

-¡Mírate! ¿Has estado comiendo bien?

Félix se avergonzó en su lugar y asintió, aunque ambos sabían que no lo había hecho.

-Vamos a salir hoy, Félix.

Viró los ojos con desagrado, su mejor amigo le estaba arruinado su ya arruinado día.

-No quiero salir Sunggie~, no me siento bien.

Han bufó antes de continuar -¿Cuánto más te quedarás llorando en tus sábanas, huh? Es momento de que salgas adelante.

-Yo no...

-Félix, que te quedes aquí esperando no hará que Seungmin vuelva, ¿Lo entiendes? Él se fue con alguien más y te rompió el corazón, han pasado dos meses y aún sigues aquí. Por favor, hay que empezar a soltar.

Félix sabía que su amigo tenía razón, no podía seguir esperando a que mágicamente su novio volviese a casa con un ramo de margaritas y un cartel de "Fui un idiota pero te amo". Pero "superar" es algo fácil de decir y difícil de cumplir.

-¿Qué es lo que vas a hacer?- dijo rendido.

-Jeonginnie y yo iremos a beber, y tú vendrás con nosotros. Tal vez conozcas a una chica o un chico que te guste, o tal vez tengas una cita de una sola noche, ¿Quién sabe?

-No nos apresuremos tanto, aún no quiero buscar pareja.

-Mereces algo mejor que Seungmin, no pospongas tu vida por un idiota cómo él.

Félix asintió y comenzó a arreglarse para su salida. Unos jeans ajustados azules y una camisa sencilla blanca, después una chaqueta de cuero negra y Converse negros. Se había acostumbrado a no ir muy arreglado a fiestas, a Seungmin no le gustaría.

Seungmin...

Borró ese pensamiento con el spray de su perfume y revisó sus mensajes, los chicos ya habían llegado. Bajó las escaleras, salió de su casa y encontró una camioneta estacionada frente a su casa, subió en ella después de saludar a Jisung por la ventana.

-Hola Jeongin, ¿Qué hay de nuevo?

-Nada interesante, ¿Qué hay de ti?- Jeongin manejaba con cuidado por las calles de Seúl.

MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora