Cap. 47

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Antonio tragó duro pasando el nudo que se había formado en su garganta, un inconfundible dolor en el pecho empezó a aparecer, contenía las lágrimas lo más que podía.

—Tranquila, lo entiendo— dijo como pudo mientras cerraba la pequeña caja de terciopelo y se ponía de pie —Pensé que...— guardó silencio, le dolía seguir hablando

—No Antonio, no es eso— dijo Alex mientras intentaba acercarse a él, pero el hombre retrocedía los pasos que ella daba —Escucha...

—Quise proponerte matrimonio porque te amo, porque me gusta lo que tenemos, porque eres la mujer de mi vida y quiero pasar el resto de ella contigo, pero es mi culpa por proponerte matrimonio sin siquiera pensar y considerar lo que quieres— interrumpió

—Antonio, escúchame

—Lo lamento, ¿Sí?, No quería arruinar lo nuestro— volvió a interrumpir, algunas lágrimas se le habían escapado

—¡Antonio!— le gritó haciendo que dejara de hablar —No reaccioné así porque no me quiero casar contigo, es que... Yo...— empezó a balbucear, algunas lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas —Te amo, eres lo mejor que tengo, reaccioné así porque...— suspiró pesado, metió la mano entre sus pechos y sacó un anillo —Te iba a pedir matrimonio justo antes de que tú lo hicieras, y arruinaste mis planes.

—¿Qué?— dijo con evidente sorpresa

—Llevo semanas planeando y pensando en cómo pedirte matrimonio, pensé que hacerlo después de la cena era una buena idea, llegamos aquí, empezamos a bailar y pensé que sería lindo que me hincara frente a ti después de que terminaras de hablar, pero no contaba con que tú también ibas a proponerme matrimonio... Por eso reaccioné así, porque todas esas noches en las que no pude dormir, el idear el maldito discurso que iba a decir, ensuciar mi vestido y zapatos para poder hincarme, todas esas veces en las que tuve náuseas de los nervios que tenía, no valieron la maldita pena porque tú te hincaste primero— dijo molesta, su rostro estaba hecho un lindo puchero

Antonio soltó una pequeña risa —A ti te encanta ser la primera en todo.

—Deja de burlarte, esto es serio.

—Ven aquí mi amor— se acercó y la abrazó por los hombros

Se fundieron en un abrazo, respiraban el característico aroma del otro, lo tenían memorizado, una calma empezó a invadir al hombre, la reacción de la mujer no había sido porque no quería casarse con él, sino porque él le propuso matrimonio justo antes de que ella lo hiciera y así arruinando sus planes.

—¿Aún quieres hacerlo?— rompió el silencio Antonio —Si quieres puedo fingir que no hice nada y tú me propones matrimonio.

—Ya no sería lo mismo— negó un poco cabizbaja

—Bebé— la tomó del mentón —Sólo hazlo, ignora el hecho de que ya sé lo que harás

—Ya no hay factor sorpresa.

—Sólo hazlo nena.

—¿Quieres perder el tiempo en seguir intentando convencerme de que lo haga después de que arruinaste mi propuesta de matrimonio o me vas a poner el anillo?— cuestionó seria

Antonio no pudo evitar reír por su comentario, se separó un poco de ella, sacó el anillo de la caja y lo sostuvo frente a ella —Mi amor, mi dulce y hermosa chica rusa, ¿Te quieres casar conmigo?.

Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios de la castaña, un tenue brillo se hizo presente en sus ojos —Sí, me encantaría casarme contigo.

Sin dudarlo, Dawson colocó el hermoso anillo en el dedo anular de su mano izquierda y depositó un beso sobre este. Atrajo a la mujer y la envolvió en un cálido abrazo que fue correspondido, se sentía feliz, pleno, no habían palabras para expresar lo que sentía.

CYNOSURE [Libro 2, saga CPD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora