capitulo 15 ~Shinobu Kocho~

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Capitulo XIV.

Habían pasado ya varios meses en los cuales pasé por el entrenamiento de Mitsuri que constaba de flexibilidad, bastante fácil para mí gusto, después con el pilar de la serpiente Iguro Obanai que me enseñó sobre resistencia física y disciplina, en ambos fue relativamente fácil pero seguía el pilar insecto...

Iba camino a la finca mariposa con el alma fuera de mi cuerpo, Shinobu había dejado de mandarme las cartas hace un par de días pero no sabía si era por qué se había rendido o por qué sabía que pronto nos veríamos.

-Vamos Akira tu puedes- suspiré, estaba a unos metros.

Uzui tambien tenía ya tiempo sin mandarme alguna señal de vida y sinceramente eso me ponía un poco nerviosa.

-Akira!!! Señora Shinobu, Akira llegó!- las tres niñas mariposa salieron corriendo de la finca para recibirme y detrás de ellas estaba Aoi con una sonrisa.
-Volví- decía sonriendo mientras las abrazaba.
-La extrañamos mucho señora Akira-
-¿Me extrañaste Aoi?- alcé una ceja.
-Un poco, si- dijo volteando a otro lado.
-Vaya pero mira quién se ha dignado a venir- era ella.
-Shinobu...-
-Bienvenida Akira-

Su rostro era diferente, de ella sobresalía una sonrisa gentil que me dolía en el alma, esa no era Shinobu.

-¿Cómo has estado?-
-Creo que lo sabes, digo si es que te has tomado el tiempo para leer mis cartas- contestó con ironía
-Las he leído todas Shinobu... Estoy muy feliz de que te hayas convertido en pilar-
-No te entrenaré- soltó de pronto
-¿Que?-
-Lo haré, pero.... Primero debes subir de peso, estás tan palida que pareciera que estás a punto de morir-
-Estoy bien, no entiendo por qué no logro subir de peso, Mitsuri me hacía comer el triple de lo que acostumbro-
-Aun así necesito estar segura de que no te desmayaras en el entrenamiento- asentí.

Después de aquello entre a la finca y dejé mis cosas en mi anterior habitación. Se sentía extraño volver.

Mi ánimo había mejorado bastante desde el entrenamiento con Gyu pero el ambiente de la finca me hacía querer llorar.

-Yo también la extraño, muchísimo-
-Shinobu- estaba parada en el marco de la puerta, su sonrisa había desaparecido y sus ojos se veían tristes
-Estoy molesta contigo, no lo voy a negar. Me dejaste sola en los momentos mas difíciles...-
-Lo sien....- me interrumpió
-Pero también se que lo has estado pasando mal, se que has estado sufriendo igual que yo y se que ella estaba ahí por ti-

Abrí los ojos asustada, era lo último que quería escuchar. Mi respiración se agitó, estaba a punto de hablar pero un cuervo entro por la ventana.

-Kaw! Carta para Akira- era el cuervo de Uzui.
-Hablaremos después, descansa Akira- Shinobu salió de ahí.

Suspiré pesadamente mientras tomaba la carta.

"Se que he estado muy alejado. Lo siento, ha surgido algo del cual quisiera hablar contigo antes de que lo sepas por alguien más, solo quiero recordarte que me interesas Yamada, desde el primer momento en que te Vi"

No tenía firma ni nada más, solamente eso.

-¿Surgió algo?- susurré

No le tomé mucha importancia, era algo diferente a las cartas que acostumbraba a enviarme pero no creía que fuera nada malo.

Días después el entrenamiento con Shinobu comenzó, sorpresivamente tenía muy bien estudiada mi respiración y me ayudó a aplicarla en ambos Tantõs ya que como llevaba poco usando dos cuchillas aún no sabía cómo distribuir la respiración en ambas manos.

Una noche no podía dormir así que salí al jardín, me senté en las escaleras del pórtico a ver las estrellas, los grillos sonaban y el viento soplaba. Era un día bastante fresco y cómodo.

Suspiré.

-llevo días aquí y no habla conmigo más que para cosas del entrenamiento- miraba al cielo, quería platicar con mi hermana mayor, Kanae seguramente me escuchaba desde el cielo.
-Ya no se que hacer, desde el momento que llegue y me di cuenta que sabía sobre lo que pasó esa noche di todo por perdido.... Kanae, hermana perdóname por llevarte ahí, no hay día en que no me arrepienta de haber pedido ayuda a los pilares- abracé mis piernas y puse mi mentón en las rodillas.

Estaba sobre llevando el dolor de la perdida de Kanae pero se sumaba también el dolor de saber que Shinobu tal vez me odie por lo que pasó.

-Señora Akira- era Aoi.
-Lo siento no puedo dormir- expliqué
-La entiendo, le he traído un té-

Tomé el vaso con aquel té y seguí viendo el cielo, había bastantes estrellas iluminandolo.

-Todo estará bien - la mano de Aoi se posó en mi hombro y me dió una cálida sonrisa que tibio mi corazón. Asentí con una sonrisa.
-Gracias Aoi-

Me di cuenta que había madurado bastante, ya no me daba por vencida tan fácil ni me dejaba llevar por mi tristeza y arruinaba mi presente, estaba lista para recuperar a mi pequeña hermana y esperaría hasta que ella me permitiera acercarme.

Días más pasaban, ya llevaba tres semanas en la finca mariposa, en total llevaba cuatro meses en entrenamiento con los pilares y apenas iban cuatro. Pronto partiría de la finca para seguir con mi entrenamiento.

-Señora Yamada la vamos a extrañar- decían las pequeñas niñas mariposa
-Les prometo que volveré- acaricie sus cabezas.

Era mi última noche en la finca, Shinobu estaba en su laboratorio y no habíamos progresado nada, el entrenamiento fue estricto y muy bueno, me ayudó bastante y mejore aún más pero fuera de eso no habíamos cruzado palabra para nada más.

-Mañana me iré Kanae, pero prometo volver- decía de nuevo en las escaleras del jardín.
El silencio era relajante y la luna brillaba más que las noches anteriores.
Estaba a punto de meterme a la finca cuando me tope a Shinobu viéndome.
-¿Que haces despierta?- pregunté
-He venido a verte todas las noches- respondió. Mi corazón se aceleró pues cada noche había estado desahogando me hablando al cielo con Kanae.
-¿Todas?- asintió.
-Yo se qué tú la llamaste pidiendo ayuda, de hecho antes de que eso ocurriera yo ya era parte de los pilares, era una sorpresa que les tenía a ambas- se sentó a mi lado viendo las estrellas.
-¿Que?-
-La llamada de ayuda llegó a mí, de hecho yo mandé mi cuervo a llamar a Kanae para que ambas fuéramos a ayudarte pero ella ya estaba ahí cuando yo apenas me había enterado- suspiró. -Núnca te he culpado Akira, tenía miedo de perderte a ti también-
-Shinobu...-
-Solamente no sé cómo verte a los ojos sin recordar aquella noche, Akira realmente no se como. No te odio ni tengo malos sentimientos por ti, eres mi hermana pero tú... Tu me recuerdas aquel incidente cada que te veo-

No sabía que responder ante aquella confesión, me dolía escucharla.

-Lamento no haberte podido proteger aquel día Akira ¿Podrías perdonarme?- abrí mis ojos como platos mientas sentía como si mi corazón se fuera a salir. ¿Cómo podía estarse disculpando ella?

Sin pensarlo me avente sobre ella para abrazarla. Estaba muy feliz de saber que no me odiaba y sabía que podíamos con esto.

-Shinobu... Yo seré quien te proteja a ti- decía mientras la tenía en mis brazos en shock.

Nuestro Sonido. (Uzui Tengen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora