La luz de la luna llena en el cielo acobíjala a toda la villa Syrup, sus habitantes descansando después de un día muy largo y reponiendo fuerzas para mañana. Pero lastimosamente ninguno tenía una sola idea de que es lo que estaba pasando en realidad, y es que uno de ellos estaban planeando la completa masacre de todos los otros, y esa persona en especial estaba descansando en su muy pronto nueva casa y trazando las últimas partes de su gran plan maestro.
Kuro ahora mismo estaba sucumbido en sus pensamientos, recordando con desagradado todos los años que había pasado como el capitán de esa miserable nave y de esa maldita tripulación. Al principio fue... divertido, lo tenia que admitir. Pero a medida que pasaba el tiempo comenzó a darse cuenta de lo difícil que era ser el capitán a cada día que pasaba, era un ataque tras otro, una masacre tras otra, muerte tras muerte, era un chico que nunca se podía terminar. Al final se dio cuenta de que nunca podría tener un solo momento de paz si las cosas seguían de ese modo.
Mientras él siguiera siendo el capitán, entonces nunca dejarían de perseguirlo, nunca lo podrían dejar más las que tanto deseaba. Fingir su muerte fue lo más sencillo de su plan, el tener que fingir ser algo que no es año tras año no lo fue, pero mañana por la mañana todo este papel de buen tipo se terminara y tendrá toda esta isla para el solo. Ahora mismo estaba caminando con lentitud y tranquilidad en dirección de la habitación en donde la dueña de esta casa estaba descansando después de un muy largo día lleno de emociones distintas. En el piso inferior también descarada el segundo menor trabajador de esta mansión, el pobre Merry, quien tuvo la desgracia de ser la primera persona en sufrir la sed de sangre de Kuro.
Hace tan solo unos pocos minutos había recibido el que debería ser el más importante regalo que la señorita le podría dar, unas gafas que podrían remplazar las que ahora lleva puestas, debido a que siempre se le resbalan. Pero en vez de aceptarlo, él simplemente las destruyo sin la más mínima consideración, después de todo el verdadero premio después de tantos años de trabajo en esta mansión iba a ser toda la casa junto con toda la fortuna de la familia. Para cuando el pobre de Merry se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, ya fue demasiado tarde como para poder hacer algo al respecto, y su valiente intento por advertir a Kaya al final sirvió para nada cuando Kuro simplemente le encestó un golpe mortal con sus peligrosas y garras de gato.
En sus manos ahora lucia un par de guantes de cuero negros que no parecían tener mucho de especial, pero la única característica llamativa que poseían es que cada uno de los dedos tenía pegado una afilada y extremadamente larga espada del mismo tamaño. El peso en sus manos debía ser tremendo, y de todas formas él era capaz de cargar los guantes con las espadas como si fuera lo más normal del mundo, y esas mismas espadas ahora estaban goteando la sangre de quien una vez fue uno de sus compañeros de trabajo por todo el tiempo que estuvo aquí.
Si alguien le pregunta si al final podría sentir un poco de remordimiento y dolor por tener que quitarle la vida a las personas que le dieron la bienvenida a esta villa y esta casa, si le tuvieran que preguntar si se sentiría culpable después de lo que tendrá que haber el día siguiente, si le preguntaran si es que toda esa sangre derramada le pudiera llegar a importar de verdad. Entonces lo que él respondería sería un rotundo y simple... no, no lo haría. Jamás le importó las personas que viven aquí, nunca lo hicieron y nunca lo harán. Si todos ellos mueren para mañana como él lo espera, entonces no le será de ninguna clase de importancia, tan solo es como si estuviera sacando la basura de la casa.
De un modo extremadamente sigiloso, tanto que era incluso imposible poder escuchar sus pasos, el hombre solo entró en la habitación de la joven enferma con suma tranquilidad y después se paró Justo al lado de su cama como si fuera lo más normal del mundo. Kaya estaba envuelta en sus sábanas mientras dormía tranquilamente, siendo ignorante del tipo de monstruo que ahora mismo la estaba observando como un depredador mirando con atención a la presa que iba a asesinar. Apunto con sus garras al delicado cuello de la joven, para él sería extremadamente fácil poder terminar con su vida Justo en ese momento, tan sencillo como respirar, pero no lo hizo. En su lugar tomo con delicadeza la sábana de la chica y la abrigo con más cuidado, protegiéndola del frío.
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One Young Justice Piece
Ciencia FicciónLos compinches de la liga de la justicia ya están hartos de ver solo como niños al lado de los grandes, por lo que con el permiso de la liga se ponen manos a la obra para mostrar su valía al mundo entero y ganarse el resto del resto de la liga, pero...