Capítulo 7

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Escucho porrazos a lo lejos. Me quedé dormida más de lo que esperaba. Abro los ojos y Raúl está entrando en la habitación.

— ¡Eh! Despierta. ¿Qué te ha pasado? ¿Tan cansada estabas? – Me dice Raúl mientras me incorporo.

— ¿Qué hora es? - Le respondo incorporándome.

— Son las dos y cuarto, ¿desde qué hora llevas durmiendo? - Me pregunta poniéndose frente a mi.

— ¡Tan tarde! – digo y me levanto un poco aturdida. – ¿Y mi hermana?

— Está en el comedor. Parece que fue a las clases de esta mañana, la vi sentada con algunos de los de su sector. Si ella fue, ¿por qué tu no? - Se inquieta Raúl.

— ¿Mi hermana esta con otras personas? – pregunto eufórica.

— ¿Puedes contestarme, aunque sea una sola vez a lo que te pregunto y no cambiar de tema? - Cierto, ahí lleva razón Raúl, pero el tema me pone de los nervios. 

— Perdona, no estoy de buen humor.

— ¿Qué te paso con Luis? ¿No fueron las pruebas bien? - Raúl se sienta en la cama donde duerme mi hermano y acabo sentándome en la mía de nuevo.

— No es eso, es solo que estoy confusa. - Y tanto... esto de estar en un lugar nuevo y descubrir cosas así de repente no es lo mío. - No se aún porque está pasando esto todo sin más y tanta información en tan poco tiempo. Parezco idiota, mi hermana siendo más pequeña se adaptó de un día para otro y aquí estoy yo, quejándome por todo. - Termino diciendo cabizbaja. 

— No eres idiota, solo que te cuesta más adaptarte. - Me dice mientras se inclina y me mira. - Tú te preocupas más por lo que pueda pasar. Has vivido varias experiencias en estos días que cuestan llevarlos encima. Es por eso que aún no ves del todo claro lo que te está pasando. – Me intenta animar con esos profundos ojos grises oscuros en los que no me había fijado antes.

— Supongo que será eso. - Le contesto girándole la mirada y levantándome de la cama de nuevo. - Voy a intentar ser más positiva. Es hora de comer, ¿no? Tengo hambre. – Digo mientras salgo de la habitación y escucho una risita de Raúl de fondo.

— Tienes unos cambios de humor muy heavys, es porque eres radioactiva o, ¿siempre has sido así? – Dice mientras también sale de la habitación. Le miro frunciendo el ceño. – Vale, lo entendí, eres así por naturaleza. – Se ríe mientras lo dice.

— El idiota eres tú al final, solo sabes decir tonterías. – Contesto también riendo mientras nos dirigimos al comedor.

Al llegar al comedor, veo a mi hermana sentada con dos chicas y un chico, están hablando y riendo como si se conocieran de toda la vida. Nuestras miradas se cruzan y me saluda con la mano mientras mastica sonriente la comida. Nos dirigimos hacia su zona.

— Hola Lisa, ¿ya descansaste? Y tu Raúl, ¿llegaste bien a tus clases no? – Pregunta Carol.

— Si, dormí más de lo que pensaba – Le respondo con la bandeja vacía en las manos aún.

— Tuve que ir yo a despertarla, si no seguro que no la vemos en todo el día. – Dice Raúl mientras le doy un codazo.

— Os lleváis ya mejor, por lo que veo. – Dice mi hermana echándose unas risitas junto a sus nuevos amigos. – ¡Ah! Que no os los he presentado, son algunos de mis compis en las clases. Esta es Alicia y Lucia, y este de aquí Tomás. – Señala mi hermana.

Las dos chicas están sentadas a su lado, una con el pelo muy corto y morena, Alicia, y la otra chica de media melena rubia de ojos claros, Lucía. Nos saludan y yo hago lo mismo. El chico está sentado en frente de mi hermana. Parece más tímido. Tiene el pelo de media melena rojizo y pecas en la cara.

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