Coincidencias

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La alarma sonó como siempre, a las 5:15 de la mañana. Usualmente  no le era difícil levantarse, pero hoy la cama ejercía cierta atracción sobre ella, y aunque estaba decidida a mantener su rutina diaria, fue difícil encontrar fuerza y levantarse.

"Tengo que dejar de ver documentales antes de dormir", se dijo a si misma. Cuando eran muy buenos veía tantos episodios como fuera posible, lo que ocasionaba que se durmiera tarde y le costara levantarse al día siguiente.

Con gran esfuerzo se levantó, fue al baño, hizo sus oraciones, meditación y se preparó para ir al trabajo. Sus amigas siempre le preguntaban porque se levantaba tan temprano si no tardaba mas de 15 minutos en llegar a la oficina, ventajas de vivir en los suburbios, y trabajar en una empresa que estaba a una distancia corta de todo, 30 minutos de los puertos y más importante, 30 minutos de Manhattan, donde tenían gran parte de su clientela, y debía admitir que le gustaba tomarse las cosas con calma, tener control de su tiempo y poder llegar tranquila a trabajar, estar en control de todo lo que pudiera controlar.

Cuando iba camino a la oficina, vio que la pantalla de su celular se iluminó, y aún antes de leer el nombre sabía quien era.

- Hola Zach, ¿cómo estás? - preguntó MJ

- Hola MJ. Ni siquiera repicó nada el teléfono, ¿lo tenias en la mano?

- No, pero se que a esta hora solo me puedes fastidiar tu, así que conteste de una vez.

- Hieres mis sentimientos MJ. Solo quería recordarte que esta noche tenemos la inauguración de la galería de arte en la ciudad.

- Shoot—dijo, golpeándose la frente— ni lo recordaba. ¿No puedes llevar a alguien más? Estoy súper cansada. Anoche me desvele y quiero irme a dormir temprano.

- Oh, vamos MJ, eres la Vicepresidenta de Diseño de Artistic Stone. Tu diseñaste esa galería. Tengo que llevarte a ti. Además, habrá muchos clientes potenciales. Irán varios actores y actrices de Broadway y tenemos que lograr que se interesen en nosotros. Sabes que remodelar aunque sea un baño nos hará mucho bien.

- Siempre pensando en los dólares Zach, no todo en la vida es eso.

- Pero es lo que nos permitirá disfrutar de lo demás sin preocupación MJ. Tenemos que mantener la racha que traemos ahora que la pandemia está pasando. Deja de portarte como niña chiquita, sabes que tienes que ir. Te paso buscando a las 6:30 por tu casa. Ponte guapa.

MJ suspiró y siguió su camino a la oficina, pensando en que no le gustaba nada como pintaba el día, iba ser interminable, pero no le quedaba otra opción. 

No podía quejarse de su vida. Tenía una linda casa, que logró comprar con sus ahorros de varios años, un buen trabajo, que a pesar de que había cosas que no le gustaban tanto y que Zach la ponía a hacer en ocasiones, cómo ir a reuniones, fiestas, inauguraciones, con la excusa de que ella era la mente creadora de la empresa.

Conocía a Zach desde hacía por lo menos 15 años, cuando llegó a estudiar diseño en la universidad de Rutgers, becada por una organización en apoyo a la juventud femenina de Latinoamérica. No era un viaje que hubiese querido hacer, pero sus padres le insistieron que lo mejor que podía hacer para su desarrollo personal y profesional era venir a estudiar a los Estados Unidos y que luego podía volver a trabajar en Colombia y reunirse nuevamente con su familia.

Las cosas no resultaron cómo las había planeado originalmente, y se había quedado para hacer un postgrado después de graduarse, lo que la llevó a que Zach le propusiera entrar en la compañía de su mamá, donde fue subiendo posiciones hasta lograr asumir la Vicepresidencia de Diseño luego del retiro de su mentora, Jill Cohen.

Tan fuerte como la piedra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora