Parte 24

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Sé que está a salvo, pero no puedo dejar de mirarle ni revisar una y otra vez si ha sufrido algún daño.

Físicamente se le ve bien pero... ¿Quién sabe por lo que estuvo pasando durante el tiempo que estuvo desaparecida?

Valdus ha esparcido más de una docena de Demonios por todo el lugar y les tiene analizando desde cada callejón hasta la más minúscula partícula de polvo en el poco aire circundante.

-Solo fueron unos segundos. – me quejo – Te dejé sentada en el banco. Aparté la vista unos segundos y cuando voltee ya no estabas…no puedo ni dejarte unos segundos sin que…

-Ethan. – me interrumpe ella tomando mi rostro entre sus manos – Estoy bien.

-Va a pagar. – aseguro – Le devolveré todo lo que me haga con la misma intensidad. – digo abrazándole – Espera y verás.

Prometo a su oído, para dejarle ir enderezándome.

-¡Encuentren algo que me valga para localizar a cada uno de los Demonios que intervinieron en el secuestro! – ladro a la corte de Demonios que se hallan a mi alrededor – ¡YA!

Percibo como su energía cambia a mi lado. Apagándose.

-Ethan. – susurra – Podemos marcharnos, por favor.

-Por supuesto. – concedo desapareciendo con ella en el vacío –

Regreso al dormitorio con un vaso de agua para Evangeline con mi madre, mi tía y mi hermana tras de mí. Es tan frustrante tener a todos persiguiéndome, realizando preguntas a las cuales no tengo respuestas porque…no sé absolutamente nada. Ni he tenido tiempo de hablarle.

-¡Fuera! – grito y todas se detienen de golpe mirándome alarmadas –

Peino mis cabellos con la mano que tengo libre tratando de serenarme.

-Necesito tiempo a solas con mi prometida. – digo pausadamente – ¿Puede ser?

Asienten con la cabeza y se marchan.
Cierro la puerta tras de ellas y me encamino hasta el dormitorio donde ella está sentada en un diván junto a uno de los ventanales. Le ofrezco el vasoy bebe lentamente.

-¿Qué te hizo? – pregunto suavemente sentándome junto a ella que niega con la cabeza – Algo tuvo que haber sido. Habla conmigo por favor. ¿Qué fue? – le toco suavemente y ella deja escapar un suspiro – Por favor.

-Estaba tan animada. – dice – Te tuve toda la mañana para mí sola e iba a pasar la noche contigo en una estúpida y normal cita. – uno el entrecejo ante el comentario de ella – Y él solo…

-¿Qué te hizo? – repito la pregunta –

-Nada.

-Puedes ser sincera conmigo, ¿Sabes? – le aclaro – Si te sentiste en peligro, si tuviste miedo…es completamente normal. Edgar es un Vampiro Original y…

-Nunca estuve en peligro. – me interrumpe – No iba a hacerme absolutamente nada. Lo tuve bien claro desde la primera línea que escapo de su muy estúpida boca. Todo lo que hizo fue no más que para molestarte. – dice mirándome a los ojos – Además, sabía que tarde o temprano me encontrarías. Solo debía esperar.

-¿Cómo sabías que Colette estaría conmigo?

-Si te ocurriese algo la primera persona en llamar sería Rebecca. – explica – Ya cambia esa cara. – pide empujándome con un hombro al tiempo que me regala una sonrisa –

-¿Seguro que estás bien? No hizo nada para molestarte…

-Lo único molesto fueron sus palabras. – se enfada – Se atrevió a pedirme matrimonio. – confiesa – Justo después de decir que me iba a retener, forzar, morder y convertir en su nueva Vampiresa. – se burla – ¿Qué está mal con su cerebro?

Luz [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora