Baby Gilbert (The Vampire Diaries)

II

Me desperté con un rayo de sol golpeando mi cara mientras gemía. Mis ojos se abrieron un poco más cuando vi un cuervo sentado en mi ventana mirándome con curiosidad, me desperté con un rayo de sol golpeando mi rostro mientras gemía, mis ojos se abrieron un poco más.

Vi un cuervo sentado en mi ventana mirándome con curiosidad, pero no recuerdo haber dejado mi ventana abierta. Me puse el pulgar en la boca y nos miramos el uno al otro con asombro hasta que tocaron la puerta y el cuervo se fue volando cuando la tía Jenna entró y se cerró.

- Buenos días cariño, ¿por qué tu ventana está abierta? - Jenna preguntó acercándose y golpeándolo.

- No lo sé. No recuerdo haberlo abierto anoche, a menos que lo haya hecho Elena, ¿dónde está ella por cierto? Y Jer?

- Ambos ya están en la escuela y ya es hora de que te vayas también.

- ¿No puedo quedarme aquí contigo, tía Jenna? - Pregunté usando mi cara de cachorrito.

- No me pongas esa cara, Rosanne Gilbert. Sabes que eso no funciona conmigo, vamos, vamos a traerte algo de desayuno y luego podemos irnos, - dice Jenna alborotando-me el cabello mientras me reía. Una vez que terminé con todo, la tía Jenna me amarró en el asiento del automóvil y nos dirigimos a la guardería mientras cantábamos canciones en la radio.

- Está bien cariño, uno de nosotros te recogerá después de la guardería, ¿de acuerdo? - Jenna dice sacándome y llevándome dentro.

- Rosanne, hola, me alegro de que hayas podido venir, - dice la maestra sonriendo mientras tomo su mano.

- Adiós, tía Jenna, - dije saludando con la mano mientras ella sonreía y me devolvía el saludo antes de subirse al auto y marcharse.

DESPUÉS DE LA GUARDERÍA

Eran alrededor de las 5 y nadie me había recogido todavía. Fui el último allí jugando con bloques.

- Lo siento, ¿quién eres? - Escuché al maestro preguntar mientras me levantaba de mi lugar y caminaba hacia la puerta con el pulgar en la boca. Vi a un hombre alto de cabello negro con llamativos ojos azules parado allí con una sonrisa en su rostro cuando sus ojos se encontraron con los míos, no pude evitar tener un mal presentimiento sobre el hombre mientras me escondía detrás de la maestra y ella notó que retrocedía.

- Lo siento, pero no puedes entrar

- Rosanne, ¿no te acuerdas de mí? Soy el tío Damon, estoy aquí para recogerte,- dijo con una voz dulce y enfermiza mientras me escondía más del hombre malo.

- ¡Vete! Antes de que llame a la- ¡AHHH!" La maestra gritó cuando el hombre malo la agarró por el cuello.

Me dejarás entrar y llevarme a Rosanne Gilbert.

Te dejaré entrar y llevarte a Rosanne Gilbert.

- Bien, eso no fue tan malo, ¿verdad? - Preguntó entrando mientras el maestro se apartaba. Damon me levantó bruscamente mientras yo gritaba y me retorcía en su agarre, pero la maestra se quedó allí con una expresión en blanco en su rostro.

- Te pareces a ella, ¿sabes? Una reencarnación exacta de ella.

- ¡ROSANNE! - Escuché a alguien gritar mientras corrían fuertes pasos.

El hombre se dio la vuelta conmigo en su agarre con una sonrisa en su rostro cuando Elena apareció.

- Oh, gracias a Dios, lo siento mucho, llegué tarde - ¿quién eres? - Preguntó al notar mi incomodidad cuando finalmente me soltó y corrí hacia Elena escondiéndose detrás de su pierna.

- ¿Tú... ¿Acabas de intentar secuestrar a mi hermana menor? - Preguntó ahora enojada.

- Olvidarás que alguna vez existí, y Rosanne fue liberada porque se estaba haciendo tarde, - volvió a hacer lo de los ojos mientras Elena asentía con la cabeza.

- Olvidaré que alguna vez exististe y Rosanne fue liberada porque se estaba haciendo tarde, - repitió con voz monótona.

- Bien, nos vemos, pequeño Gilbert, - dice el hombre sonriendo antes de irse de la nada.

- Oye, lo siento, llegué tarde, cariño. No puedo esperar para contarte sobre este chico que conocí.

- ¿Pero sobre el hombre malo?

- ¿Qué hombre?

- No importa, - dije mirando hacia abajo, olvidando que el hombre le había hecho algo como lo hizo con mi maestra.

Elena y yo salimos de la guardería, pero no pude evitar sentir que me estaban observando cuando giré la cabeza para ver al cuervo de esta mañana en la parte superior de una señal de alto mirándome fijamente con una mirada intensa.