Plan
A la par que JiSung terminó de ordenar el dormitorio de MinHo, la señora Lee entró al hogar.
—Hola, mis nenes —se escuchó la cantarina voz de la mujer hablar en la primera planta. Los gatos habían migrado del cuerpo de MinHo hacia ella, quienes maullaban en voz alta—. ¿Quieren comida?, les traje un poco de comida húmeda y..., oh, huele realmente mal la cocina.
—¡Estoy yo! —anunció JiSung desde la segunda planta.
—¡Ah!
Los pasos en la escalera endeble sonaron rápidamente hasta que la señora Lee se mostró al final del pasillo, enfocándose en su hijo sentado en el suelo del pasillo mientras veía un punto sin observar.
—MinHo —suspiró con alivio.
Encaminándose hacia él, se sentó a su lado para tomarlo del hombro y abrazarlo; empero, el nulo movimiento o reacción por parte de MinHo le hizo soltarlo enseguida. —¿Cómo te encuentras?, ¿Puedes escucharme?
MinHo movió ligeramente sus ojos hacia ella, no entregándole rastros de comprensión. Él seguía abrazando sus propias rodillas, y en intervalos de tres segundos terminó por bajar por completo su mirada.
—Comió —informó JiSung enseguida, sonando animado—. Se comió la sopa que le hice- hay para usted también, en la cocina. Le estaba comentando en cuánto me gustaría que lloviera, ¿Notó que no ha llovido en todo lo que llevamos de invierno?
—Ah... —la señora Lee intentó esbozar una sonrisa, pero observando con detención a MinHo no hizo más que morderse su labio en decepción—. MinHo..., ¿Comiste bien?, ¿Quieres algo más?
Entonces, casi como una pequeña señal de milagro: la tristeza en la voz de la señora Lee permitió a MinHo girar de nuevo su cabeza hacia ella y, sutilmente, negar.
JiSung, terminando de hacer la cama de MinHo, se acercó hacia los otros dos. —Todo listo...
MinHo se levantó solo, aunque sus movimientos eran los más parecidos a los de un muerto. Sus brazos balanceaban sin fuerza, mientras que el peso de su cabeza y el mareo de su fatiga crónica lo hizo tropezarse con un mueble antes de sentarse en la cama y, en son de su propia protección, abrazar una almohada mientras cerraba la cortina.
—Ya no puede trabar la puerta —informó JiSung a la mujer con alegría—. Rompí el pestillo.
—Rompiste el pestillo... —divagó ella, antes de convencerse en no tener que dar más vueltas a la situación—. Por supuesto- eh, ¿Vamos a la cocina?
En la primera planta estaba el asqueroso hedor de la comida de JiSung, el cual la señora Lee se preguntó si es que el chico lo había hecho a propósito o él realmente tenía más de veinte años y no tenía habilidad para la cocina.
—Esto es una buena evolución, ¿No? —comentó JiSung, sirviendo un té para él y para la señora Lee.
—No tenías que hacerte cargo de él —dijo la mujer, melancólica—. Lamento haberte tirado la culpa..., esto y lo que sucedió con esa chica ayer- no lo sé, JiSung. Son tantas cosas que...
—Oh, está bien —interrumpió, bebiendo también—. Pero ahora MinHo mejora. Será cuestión de tiempo antes de que él-
—No lo creo.
JiSung calló. —¿Disculpe?
—Digo- mírame —se apuntó ella misma—. Conseguí dos trabajos desde que MinHo iba en primaria porque me aseguró que podía cuidarse solo, y esta irresponsabilidad hizo que mi niño terminase..., terminase contigo, con Bang Chan, y con ese chico- ¿SeungMin?, los cuatro estuviesen metido con otros chicos más en un...
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Menú de Dios [#2]; Stray Kids
PertualanganDurante la noche en la que en Stayville se cortó la luz, Yang JeongIn dormía borracho en su dormitorio, mientras que Hwang HyunJin escuchaba un mensaje de su novia, y Lee Felix no le quitaba los ojos de encima. También, desde la Residencia ex-hospit...