Cuento 1 con Jack: Viaje de pareja.

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Mi esposa Carolina y yo organizamos un viaje por nuestro aniversario de estar casados, estamos camino a la ciudad más turística en el estado, en la camioneta de su padre, especial para viajes largos. Le calculo que ya estamos a mitad de camino. El sol está intenso y aun con el aire acondicionado nos estamos sofocando. Solo quedaba resistir hasta llegar a una gasolinera. Viendo a lo lejos noto que hay un hombre queriendo pedir un aventón, alzando el brazo con el pulgar hacia arriba. Yo sin dudarlo empiezo a desacelerar, para parar enfrente de él. Carolina notando mis intenciones me dice.

— ¿Qué haces? No. Deja de ser tan bueno por una puta vez.

—el sol es un infierno. No te preocupes. Le aclararé que solo podríamos llevarlo a la gasolinera más cercana, para que se hidrate al menos. Tengo "eso" abajo del asiento, tu tranquila.

—maldita seas Gabriel...

Al detenerme bajo el vidrio del lado de Carolina, y le digo confiado al hombre.

—hola, puedo darle un aventón hasta la gasolinera más cercana.

—con eso vasta. Gracias. Ya estaba a punto de desmayarme literalmente.

El hombre me dice con una sonrisa amable. Quito el seguro de las puertas. Entra sentándose atrás, en medio de los dos. Carolina se ve en completa desconfianza, mirando al hombre como si lo odiara personalmente. En casi todo el trayecto no dijimos ni una palabra, se sentía incómodo, pero no sabía qué decir. Carolina voltea a verme diciéndome seria.

—la llanta de mi lado esta baja. Párate y cámbiala antes de que tengamos un accidente.

Le hago caso y estaciono la camioneta fuera de la carretera. Bajo a checar la llanta y efectivamente sí está considerablemente baja. Saco el gato y la llanta de repuesto. Pero noto que el gato no se eleva, ni yo me explico por qué, viéndolo a simple vista. El hombre se baja y se pone a lado de mí para verlo también, pero ni él puede repararlo. Con lo cual me dice confiado.

—yo elevo la camioneta y usted cambia la llanta lo más rápido que pueda ¿okay?

— ¿Cómo que va a elevarla? Es imposible, mejor iré despacio para llegar a la gasolinera.

—solo hágalo. No se apure por mí, esto no es nada. Solo es saber cómo cargar algo así de pesado.

Iba a decir más cosas para convencerlo, pero sin dudarlo él de verdad eleva la camioneta, lo suficiente para que pueda cambiar la llanta. Me quedo impactado de como puede en sí resistir los minutos que tardo en cambiarla. Se nota que no le duele, pero lo que si se nota es que se está esforzando en no soltarla bruscamente. Una vez que acabo, la baja lentamente. Solo suspira pesadamente, parándose como si nada. El hombre solo me sonríe y me guiñé el ojo. Volviendo a su lugar. Yo sin palabras vuelvo también a la camioneta retomando el camino.

Tengo tantas cosas que preguntarle y decirle como agradecimiento, pero me limite solo a decir esto.

—usted es muy fuerte, le tengo envidia y a la vez una gran admiración.

—pienso que la fuerza no es tanto así de admirar y la envidia a veces no se puede evitar. Yo no pedí ni deseé esta fuerza, solo la fui desarrollando y fortaleciendo por mi estilo de vida desde pequeño.

—debió ser entonces una infancia dura para usted ¿supongo?

—algo así, no me quejo. Pero si hubiera tenido opción de cambiarla lo hubiera hecho. Pero... yo ya estoy maldito, y simplemente seguiré con ese estilo de vida en la gran ciudad.

—oiga, que casualidad noso...

Carolina me golpea de inmediato los testículos para que me callara. Entendiendo que no era para nada seguro decirle que también íbamos para la gran ciudad. Desde ese momento ya no dije nada. Y al hombre se le nota que había captado lo que le iba a decir, pero mejor no diría nada para que Carolina ya no me pegara. Hasta cuando ya íbamos a llegar a la gasolinera se me ocurrió encender el radio, para escuchar música, pero esta se escucha distorsionada y cortada. Una vez en la gasolinera, le pido a carolina que me espere en la camioneta mientras compro unas cosas en el Oxxo, pero obvio se niega, no quiere quedarse sola con el hombre. El hombre al notar la clara absoluta desconfianza, se sale de la camioneta parándose enfrente de mí, diciendo.

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