Capítulo 6

185 29 2
                                    

Narra Cansandra

Después de lo que sucedió anoche no había podido conciliar el sueño, no tengo idea de que es lo que está pasando pero cada momento que pasa es un segundo mas encerrada en esta casa. Luis está en el cuarto de al lado, lo escuche llamarme a través de las paredes.

Magnar era alguien extraño, no sabía decifrar que es lo que quería de mí, pero, Frey era un enigma más grande. Ya no se que sentir en cuanto a estos secuestradores, porque eso es lo que son, locos. El tema de los hombres lobo... Es difícil de creer, aun no puedo asimilar esto y me pregunto ¿estoy en un reality show? ¿Acaso este es el famoso sueño americano? Porque de ser así, que mierda.

Me estire con cuidado en esa cama cuyo dueño rondaba por la casa, estaba un poco cohibida por el hecho de estar aquí. Me levante y vi un vestido a un lado de la cama, me acerque rápidamente y me di cuenta de la pequeña nota que se posaba encima de este.

"Acá esta tu vestido para esta noche, tenemos una gala y nos acompañaras.
No hagas una escena"

Att: Frey.

¿Y este quien se cree?

—Si, cuenta con eso.—Dije antes de hacer bolita la nota y tirarla a alguna parte de la habitación.  En eso escucho un ligero toque e la puerta, haciendo que me acerque rápido a esta. — ¿Quién es?

—Soy yo.

—¿Quién es "Yo"?

—Abreme la puta puerta Cassie.

Solté una risa rápida, dejando pasar a Luis al cuarto. Estaba con el cabello desordenado, supongo que también se acaba de levantar, me iba a hablar pero vio el vestido a lo lejos y de acercó a este.

—¿También te dejaron una ropa? A mi me dejaron un traje ahí rojo, huele a que cuesta más que mi vida. —Suelta riendo. —Estos tipos están locos, pero al menos, tienen buenos gustos, te verás radiante.

—Luis, estamos secuestrados ¿Qué me importa cómo me pueda ver?

—Son dos hombres ricos extranjeros que te traen vestidos caros, piensa en grande niña, te falta ambición. —Dice con burla mientras movía las manos tratando de explicar algo. — Acepta todo y nos largamos, vendemos y tenemos para vivir en la universidad.

Me quede mirándolo un segundo, incrédula ante sus palabras.

—No.— Respondí simplemente.

Me miró con súplica y se acostó en la cama.

—Entonces supongo que iremos a una gala, ahí hay mucha gente siempre según la televisión. — Dije sentandome a su lado.

—No sabemos si es una gala importante que pueda estar en la televisión.

—Luis, mira a tu alrededor, este lugar derrocha dinero, será importante. Ahí podriamos escapar. —Pensé rápidamente, no creo que sea una mala idea.

—Escapar de dos hombres que al parecer son seres sobrenaturales... No es una mala idea. —Dice sonriendo.








Habían pasado ya horas, en un momento unas mujeres pasaron a nuestra habitación y nos trajeron comida, diciendo que los señores de la casa no estaban, pero que mandaban a decir que recordaramos estar listos para la noche.

Y en efecto, aquí estoy, mirándole en el espejo ya lista para la gala y mi gran escape. La verdad, es que me sentía muy linda, el vestido era largo y con detalles brillantes en la gran cola, resaltaba mis pechos. Era hermoso, aunque realmente no era mi estilo.

¿Lo habrá escogido Frey?  A fin de cuentas, la nota la firmó él...

—Señorita, los señores ya están abajo junto a su compañero Luis.—Escuche decir a la chica que nos había traído la comida horas antes. Estaba a punto de salir, pero vi en el guardarropa una pulsera bastante rústica, pero era lindo, tenía un dije de la luna; no lo pensé mucho y la tomé, me la puse y salí.

Hacia rato que no usaba tacones, así que estaba un poco nerviosa de tener que correr de esta manera.

Iba bajando las largas escaleras de aquella casa y vi a Luis, se veía bastante bien con ese traje, estaba sentado mirando a la pared hasta que me vio, soltando una sonrisa con una de sus típicas caras de "Te lo dije".

Ya abajo, vi como de una puerta salían Frey y Magnar, este último se quedó un segundo mirándome y soltó una sonrisa, Mientras que Frey solo me miró de reojo.

—Vámonos, ya se está haciendo tarde. —Dijo el pelinegro odioso saliendo de la casa, donde se podía ver un auto sepa Dios que marca, pero se veía muy caro.

Camine en silencio a un lado de Luis, abriendo la puerta de atrás, pero logré escuchar cerca de mí el susurro de Magnar antes de montarse en el asiento delantero.

—Te ves muy linda.

Trate de ignorar a este y el sonrojo que se posó en mis mejillas en ese momento, entrando al auto a un lado de Luis.

¿Ya tenemos un plan?

¿Hablar con Luis en español frente a esta gente? Está bien, no saben español; punto para los latinos.

Algo así... Solo, tomemos un taxi cuando no nos vean. —Le dije sin mirarlo, podía ver los ojos de Magnar a través del retrovisor, debe ser confuso escucharnos, a fin de cuentas todos los extranjeros piensan en Samba o Shakira al vernos, no me sorprende.

Esto va a ser más difícil de lo que creí.

La vida no es fácil Luis.
















Nikolaisen: El Deseo de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora