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La llave fue introducida y la cerradura fue cediendo. Un sonido sordo inundó todo el departamento. Jennie fue empujando la puerta suavemente. Todo se encontraba en total oscuridad. Alargó su mano derecha deslizándola por la pared buscando el interruptor y presionándolo una vez lo halló, la luz se encendió. Jennie miró todo su alrededor y con una fuerte inhalación, trato de contener un sollozo incontrolable que luchaba por salir de ella mucho antes de abrir la puerta. Todo parecía muy distinto a lo que hubiera sido hace 4 meses aproximadamente...

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—¡Lisa, amor, he llegado! —Jennie gritó al abrir la puerta.

—¡Ruby Jane Kim! —El grito resonó en todo el departamento.

«¡Oh, oh! Eso nunca es bueno» pensó Jennie quedando estática a unos pasos de la puerta.

—¿Podrías explicarme por qué no contestaste ninguna llamada en todo el día? —Apareció una acelerada Lisa por el pasillo en dirección a jennie, deteniéndose a un metro de distancia.

Jennie soltó una ligera risita y con pasos apresurados llegó a la posición de Lisa, la rodeó con sus brazos por la cintura abrazándola y elevándola unos cuantos centímetros del suelo.

—Amor, he llegado —dijo jennie viendo amorosamente a Lisa.

—Sí, ya sé, jennie. —Lisa tenía una sonrisa en su cara.

Jennie correspondió a la sonrisa y mirándola fijamente se inclinó besando los labios que tanto había extrañado.

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Jennie se quitó su chaqueta colocándola en el perchero. Caminó unos cuantos pasos más, todas las cosas seguían en su lugar, todo en su respectivo sitio, todo en orden. Irónicamente para jennie.

Llegó a la sala de estar. Todos los sillones, la pequeña chimenea, los retratos, la TV, la mesa, los discos, las películas estaban debidamente ordenados, aunque con una ligera capa de polvo debido al abandono en los últimos cuatro meses. Se sentó en el sofá más grande dejando caer todo su peso, exhaló fuerte y fijó su mirada en un punto cualquiera de la habitación.

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—No quiero ver palomitas en el sofá, jennie —advirtió Lisa señalando a la rizada, que se encontraba al otro lado del sofá, con el control remoto.

—¿Qué hay de divertido en ello? —jennie la retó con un brillo en sus ojos y una sonrisa que se extendía por sus labios.

—Hablo enserio. —Lisa le devolvía la sonrisa mientras bajaba el control remoto.

—Ya lo veo. —jennie se fue acercando a lisa—. ¿Sabes? de un momento a otro se me quitaron las ganas de ver la película. —jennie cada vez extendía más su sonrisa mirando fijamente a Lisa.

—¡Ah, no! —negó Lisa moviendo su cabeza de lado a lado exageradamente—. Me prometiste una tarde de películas. Además, he puesto Frozen.

Jennie quedó a una distancia corta, apoyándose de sus manos, pasó su nariz levemente por el cuello de Lisa, oliendo su suave olor natural.

—jennie, por favor. —Lisa suspiró.

—Unas horas más, unas horas menos. ¿Cuál es la diferencia? —susurró jennie desde el cuello de Lisa dejando un beso fugaz.

Lisa cogió un lado de la cara de jennie elevándola para mirarla fijamente, con la otra mano cogió la otra mejilla teniendo así, las dos mejillas de jennie entre sus manos, desvió su mirada a los labios de jennie quién ahora sonreía más amplio. Se besaron inmediatamente como si hubieran llegado a un acuerdo tácito.

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Saltó del sofá como si tuviera fuego. Rápidamente salió de la sala y se dirigió a la cocina.

Ese, al parecer, era el único lugar de la casa que no estaba organizado: unos cuantos platos sucios sobre el lavabo, un par de gabinetes abiertos, la tetera todavía sobre uno de los fogones. Automáticamente jennie se dispuso a organizar y a limpiar de inmediato, dejando toda la cocina a la altura del resto de los lugares del departamento que ya había visto. Puso nuevamente el agua en la tetera y mientras esperaba se sentó en una de las sillas del pequeño comedor en el centro de la cocina.

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—¿Solo vas a desayunar eso? —interrogó jennie apenas entró en la cocina.

—Es té y galletas, jennie —respondió Lisa sin alzar la vista del periódico que estaba leyendo.

—Exacto. ¿Solo eso? —recalcó jennie.

—Escucha, el hecho de que tú comas como si no hubiera un mañana, no significa que soy igual —respondió una vez más sin levantar la vista del periódico.

—Te ves tan sexy con esos anteojos y esa actitud tan indiferente —dijo jennie con un tono sugerente.

—A veces pienso que eres tan hormonal —suspiró Lisa levantando la vista del periódico, encontrándose con una amplia sonrisa en la cara de la rizada.

—¿De quién crees que es la culpa?

—De tus hormonas, claramente —obvió Lisa.

—Yo creo que la persona que las alborota también tiene parte de la responsabilidad —expresó jennie cruzándose de brazos.

Lisa soltó una carcajada fuerte al escuchar lo que la rizada acababa de decir.

—Creo que ya puedes parar —dijo jennie seriamente al ver que Lisa no paraba de reírse después de dos minutos.

—Lo siento, lo siento —dijo Lisa, levantando las manos y poniéndose sobre sus pies se dirigió hacia la rizada—. Amor, tienes que aceptar que estuvo gracioso.

—Ese no era el objetivo —dijo la rizada amargamente.

—¿Ah, no? Entonces, ¿Cuál era? —interrogó Lisa alzando una ceja incapaz de poner su expresión seria—. ¿Seducirme? —Lisa fue acercándose un poco más a la rizada.

Jennie no contestó. Trató de darle un beso a Lisa pero ella alejo sus labios mirando a jennie con una sonrisa socarrona.

—Hay que mejorar tus tácticas, Kim —sugirió Lisa con una gran sonrisa.

—¿Tú crees? Qué yo recuerde, siempre me han funcionado —contrarrestó jennie

—Pues, hasta hoy. Me tengo que ir. —Lisa volteó para dirigirse a la puerta.

Jennie la agarró del brazo volteándola, trató de darle un beso apasionado que fallo porque ambas rieron en medio del beso.

** ** **

El fuerte sonido que emitía la tetera sacó a jennie de su breve trance. Se levantó y caminó hasta la tetera retirándola del fuego.

Una persona ingresaba en ese momento al departamento haciendo el menor ruido posible, caminando sigilosamente en busca de una rizada. Revisó la sala y entró en la cocina soltando un gran suspiro.

—jennie. —La persona soltó un suspiro de alivio.

La ojiverde apretó ligeramente la manija de la tetera mientras la dejaba nuevamente sobre el fogón. Al ver que jennie no reaccionó, agregó:

—Sabes que no puedes estar aquí.

Estaré bien (Short Fanfic) - Jenlisa (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora