Como Agua para Chocolate <YoonMin> Omegaverse [Adaptación]

☕︎|Final|☕︎

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....Pero para JiMin y YoonGi nunca pasaría de moda el vals "Ojos de juventud", que en este momento tocaba la orquesta a petición expresa del alfa azabache. Juntos se deslizaban por la
pista derrochando donaire. El omega pelicastaño lucía esplendoroso. Los 22 años que habían transcurrido desde la boda de YoonGi con su hermana parecían no haberlo rozado siquiera. A sus 39 años aún seguía fresco y rozagante como un pepino recién cortado.

Los ojos de dragón de Namjoon los seguían mientras bailaban y denotaban únicamente ternura y lo obligaban a rememorar esas épocas difíciles en las que aquel pequeño omega parecía ser su camino correcto, la mano que sujetaba fuertemente la suya lo traía al presente y le reforzaba la unión recientemente realizada con aquel omega con aroma a Manzanilla y Lima.
El doctor Kim y Seokjin después de que este último rechazara en varias ocasiones el cortejo del alfa hasta que la intervención de Aisha logró que ambos comenzaran a pretenderse mutuamente y aceptar su destino cerrando su unión con una bellísima marca en el cuello del mayor. Aun a su edad Kim SeokJin no dejaba de sentirse como un adolescente cada que Namjoon besaba su mano o pasaba sus labios por su oreja y delicadamente le decía que lo amaba más de lo que la luna ama a las estrellas, como justamente hacía en ese momento, entre risas y pequeños picos en los labios este par de amantes olvidaban todo a su alrededor para enfocarse en ellos mismos, logrando así que el padre Choi que se encontraba a unos lugares de ellos tuviera que carraspear un poco para traerlos a la realidad de nuevo, a regañadientes cabe aclarar.

YoonGi en la pista de baile rozaba tiernamente su mejilla con la de Park JiMin, el omega sentía que la mano de su alfa en su cintura la quemaba como nunca.
—¿Te acuerdas de cuando escuchamos por primera vez esta pieza?— le susurro con amor el pelinegro

—Nunca lo olvidaré.— respondió JiMin recargando ligeramente su rostro con el de YoonGi

—Esa noche no dormí pensando en pedir tu mano de inmediato.— mientras se separaba un poco para ver a su omega a los ojos que brillaban con anheló y amor, igual a los de el que decididos sostuvieron su mirada para decirle —No sabía que tendría que dejar pasar 22 años para volverte a preguntar si quieres ser mi esposo.—

El rostro de JiMin no pudo ocultar la emoción de esa confesión —¿Lo dices en serio?—

—¡Claro! No quiero morirme sin lograr que lo seas. Siempre he soñado con entrar contigo a
una iglesia llena de flores blancas y tú en medio de todas, como el omega más hermoso de todos.—

JiMin sonría con sus ojos como medias lunas conteniendo las pequeñas gotas de agua que amenzaban derramarse —¿Vestido de blanco?—

—¡Por supuesto! Nada te lo impide. ¿Y sabes qué? Ya que estemos casados, quiero tener un hijo contigo.— el omega abrio con sopresa sus ojos y una risita contenida escapo de sus labios —Aún estamos a tiempo, ¿no crees? Ahora que Beomgyu nos deja, vamos a necesitar compañía.—

JiMin no pudo responderle a su alfa a causa del nudo en su garganta. Unas lágrimas rodaron por fin lentamente por sus mejillas. Era la primera vez que Park JiMin lloraba de felicidad.
—Y quiero que sepas que no me vas a convencer de no hacerlo. —continuo el alfa que lo sujetaba fuertemente mientras que con el dorso de una de sus manos limpiaba las lágrimas del menor y también contenía en sus propios ojos más lágrimas —No me importa lo que piensen ni mi hijo ni nadie más. Hemos pasado muchos años cuidándonos del qué dirán, pero desde esta noche nadie me va a poder separar de tu lado, mi omega, mi JiMin.—

La verdad, a estas alturas a JiMin también le importaba un comino lo que la gente pensara al hacer pública la relación amorosa que existía entre YoonGi y el.
Por veinte años había respetado el pacto que ambos habían establecido con Rose y ya estaba cansado.
El acuerdo consistía en que tomando en consideración que para la hermana del omega le era vital el seguir aparentando que su matrimonio funcionaba de maravilla y que para ella era importantísimo el que su hijo creciera dentro de la sagrada institución de la familia, la única según ella que le daría una fuerte formación moral, YoonGi y JiMin se habían comprometido a ser de lo más discretos en sus encuentros y a mantener oculto su amor.