Padre

Capítulo 2

— Kakashi...

Leía y leía una vez más, su mente no podía asimilarlo. Aunque había algo en el fondo de su corazón que ya se lo había advertido.

— Kakashi ¿me estas escuchando?

No sabía lo que sentía, pero no se sentía para nada bien.

Su cabeza daba vueltas y no podía aclarar su mente, sentía que podría desmayarse en cualquier momento.

— ¡Kakashi! —el grito de Shikamaru lo hizo volver a poner su atención a la realidad fuera de sus pensamientos.

Kakashi cerró su computadora, no quería leer más aquel correo.

— ¿Qué te pasa? Te veo pálido...

— Nada, estoy bien. Lamento haberte despistado —Kakashi comenzó a acomodar su escritorio tratando de disimular su angustia.

— ¿Problemas con Sakura?

— No, mi matrimonio está bien... — era un poco mentira, un poco verdad.

— Ya veo, entonces ¿es algo relacionado con Sarada?

Kakashi se tensó, su abdomen se contrajo de los nervios.

Su hija era el centro de su vida, ahora el centro de sus tormentos.

— Ella esta bien, no tengo nada, de verdad...

— ¿Es algo relacionado con los chicos? ¿Alguien ya te a dicho suegro o algo así?

— ¿Recuerdas a los Uchiha? —interrumpió Kakashi cambiando de tema repentinamente.

Shikamaru se sorprendió, hace tiempo que no escuchaba aquel apellido tan... peculiar.

— Sí, pero no he sabido nada de ellos desde hace muchos años... —respondió Shikamaru algo confuso— ...lo último que supe fue que estaban metidos en malos pasos, aunque eso es desde siempre y ya todos lo sabíamos...

— Los Uchiha siempre han sido un problema ¿no es así?

— Sí, en especial Sasuke... —Shikamaru recordaba los tiempos en los que la familia Uchiha estaba en bocas de todos, eran peligrosos y todos lo sabían— ...es un alivio que ya no den problemas, y si los dan ya estan totalmente fuera de nuestras vidas...

— Tienes razón, los Uchiha tienen que estar lejos de nosotros, y más ahora que tenemos a nuestros hijos...

Shikamaru solo asintió.
Sentía algo en su estomago, tenía un mal presentimiento y sospechaba que Kakashi no le estaba contando toda la verdad, sin embargo, tambien se veía decaído y perdido, como si algo lo estuviera atormentando.

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Sarada caminaba casi de puntillas por los largos pasillos de su hogar, hacía el menor ruido posible.
Tenía un objetivo claro y planeaba cumplirlo a toda costa.

No era lo más ético posible, tampoco lo que sus padres le habían enseñado o lo que ella creía correcto, pero no podía ir por la vida haciendo todo bien, en algunos momentos debía ir en contra de sus ideologías acerca del bien y el mal.

Se asomó por el último pasillo que quedaba en su casa, estaba más oscuro que el resto de la casa, normalmente solo había una persona que estaba de este lado de la casa y esa persona no estaba en ese momento.

No se veía nadie por los alrededores, normalmente las personas que trabajan en su casa no solían diambular por la oficina de su padre y eso aumentaba sus probabilidades de triunfo.