- (¿¡Cómo me pude haber quedado dormido!?, ¡Me acabó de perder 3 clases!)- su mente era un caos gracias a la preocupación- (además, ¿¡Cómo es que no desperté en el receso/recreo!?, ¿¡Ahora que haré!?)- El pecoso había llegado a la azotea sentadose en una de las tantas bancas que había.
- (Estoy seguro que Nakamura sensei me ayudara con la materia que necesito, pero, ¿que haré con las demás? No tengo a nadie a quien pedírsela, aunque tal vez pueda)..........- sin darse cuenta empezó a murmurar, mientras sacaba su bento y lo abría. Después de algunos minutos dejo de murmurar y dijo- si, debería hacer eso- un suspiro involuntario escapó al decir lo último, seguidamente probó un poco de su comida.
-Mmm, para ser mi primera vez cocinando está muy bueno, pero creo que le falta algo- probó un poco más y movió un poco su lengua- ......... sip, le falta un poco de sal, pero fuera de eso, está delicioso- su cara era de satisfacción total. Haciendole olvidar su problema de antes.
-Creo que ya debería empezar a comer, el tiempo pasa volando- Dijo mientras miraba como volaba una paloma.
Pero, antes de siquiera tocar su comida, se hizo una pregunta- Aunque, pensándolo bien, ¿En dónde están todos?- observó a su alrededor- es un poco extraño que no haya nadie además de mí, normalmente algunos de mi salón comen aquí-Pensó un momento- Aaaa, es verdad tuvimos clases con Nakamura sensei, de seguro deben estar aún en la sala de clases, yo demore tan poco tiempo porque no había sacado casi nada, solamente lo de las primeras clases, a veces pienso que nos pide tantas cosas para divertirse con nuestro sufrimiento- Recordó la primera vez que su maestro pidió materiales para hacer un experimento, además de haber pedido sus nuevos libros, y como este tenía una sonrisa de oreja a oreja al otro día viendo cómo sus estudiantes llegaban casi sin poder caminar, no lo iba a negar, ese día si que le dolió la espalda- pero para mí es como un tipo de entrenamiento, ahora tengo mucha más resistencia que antes- le dió un mordisco a su comida.
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- Mmmm, ya llevo un poco más de la mitad, debería dejar de comer- soltó sus palillos y los dejó juntó a su bento- nunca se sabe cuándo alguien no haya podido traer su almuerzo y tenga hambre, además, que algunos sean malos conmigo no significa que yo también deba ser malo, mi madre me ha enseñado que el rencor no trae nada bueno- tapó su comida y comenzó a observar el bello paisaje.
De un momento a otro, se levantó y se subió a esa pequeña barandilla de cemento que hay en la mayoría de las azoteas. -Desde aquí se puede ver todo mucho mejor- susurro sintiendo como pasaba una pequeña brisa por su cara. Gracias a eso recordó la primera vez que se había subido a esa barrera, obligado por otros dos chicos de otra clase, como su cuerpo temblaba y sus piernas se sentían inestables, no sabía porque su cuerpo se sentía así, después de todo estaba sobre un lugar sólido, pero cuanto más lo fue haciendo, esa sensación de inestabilidad se iba sintiendo cada vez menos, llegando al final a un estado en el que ya su cuerpo se había acostumbrado.
