Capitulo Cuatro.

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2154.

Madi llevaba dos meses con Clarke, lo cual significaba que hacía casi tres que Clarke había visto a Bellamy por última vez.

¿No quieres volver a verlos nunca más en el mundo?—preguntó Madi estirando sus manos como si quisiera representar algo infinito—¿Tampoco quieres ver a Bellamy?—Clarke se encontraba organizando, lo que solía ser su cabaña, ahora había dividido con unas ramas y telas para formar dos habitaciones. Sin embargo, Madi estaba sentada en el suelo coloreando.

Es algo que no deseo—confesó sobre sus puntillas de pie sin mirar a la niña.

¿Es él?—la rubia tardó unos segundos en procesar para voltearse y ver a Madi tomar un dibujo entre sus manos. Rápidamente le arrebató su cuaderno de las manos:—¡No puedes tomar mis cosas!—la niña abrió sus ojos alarmada y se movió hacia atrás. La mayor notó su error y negó rápidamente—. Lo siento Madi, no quise gritarte. Lo siento—la niña negó y se llevó las manos a las orejas.

Perdón. Perdón—murmuró negando con sus manos sobre sus oídos.

Clarke se sintió automáticamente mal y tragó saliva—Madi, lo siento. No pasa nada, no ocurre nada—llevó su mano al cabello de Madi y acarició hacia abajo.—Lo siento mucho, no quise gritarte.

Y desde ese momento, la rubia siguió mimando a la niña hasta que cayó dormida sobre sus piernas, envuelta en si misma y abrazando sus piernas en su pecho. Clarke volvió a pensar en cuanto tuvo que pasar la pequeña para llegar a ese estado de miedo, quitando que ella no había reaccionado bien. Tal vez solo le daba vuelta al asunto y era una reacción normal de un niño ante la desesperación, pero temía algo más.

Había descubierto que Madi podía ser dura, pero era una niña al fin del día y era sensible. Era pequeña, y ella tenía que protegerla.

Para el día siguiente, Clarke la despertó con un desayuno a las afueras, en el pequeño jardín que habían hecho y continuaban remodelando. La niña no había hablado pero tenía una sonrisa mientras disfrutaba de los arándanos.—Madi, nuevamente lo siento—murmuró Clarke—, he reaccionado mal. Y quiero que sepas que no tenes que dejar que nadie te grite siquiera, ni que reaccione de impulso, ni siquiera yo. ¿Entendido? También tienes que saber que antes de agarrar algo de otra persona, tienes que pedir por favor. Algunas cosas son privadas, pero si me hubieras pedido para verlo, lo hubiéramos hecho juntas.—Madi asintió mirando a Clarke. La rubia por su parte, levantó su cuaderno y se sentó al lado de ella, y así, lo abrió en el dibujo.—Si, él es Bellamy—abrió el dibujo—así estaba como lo vi la última vez.

Lindo—Clarke alzó una ceja divertida y Madi se llevó las manos a la boca—¿Te gusta?

Clarke soltó una risa—No lo sé.

Backstabber// BellarkeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora