¿Qué harías en el nombre del amor?
¿Traicionarías a tu mejor amigo? ¿Engañarías a tu novio? ¿Que tanto daño estas dispuesto hacer, en nombre del amor?
En un mundo donde las almas gemelas existen, donde hay alguien destinado para ti, dos vidas se cr...
La terapia no había sido fácil, había días malos, donde la rabia le ganaba, había días realmente malos donde Jimin solo lloraba por horas, había noches en vela debido a las pesadillas, todos aquellos altibajos los había soportado Jungkook, todos y cada uno de ellos, porque sabía que Jimin era una víctima de todo, sabía que Jimin no estaba bien y qué, también era culpa suya, por enamorarse de él, por no estar cuando lo necesito.
Los exámenes regulares salieron bien, todos y cada uno de ellos, habían indicado que no era portador de ninguna clase de enfermedad o infección, y para todos fue realmente un alivio.
Jungkook se había mudado al piso de Jimin, a petición del mayor de los Park, estuvo tentado a decir que no, pero no podía dejar solo a su pequeño mochi.
Jimin regreso a la universidad, pero abandonó su trabajo en la cafetería, aún mantenía contacto con Jin, quien al enterarse de todo lo que había sucedido, le brindó total apoyo a su amigo, JungKook comenzó a estudiar en una escuela nocturna para poder ingresar a alguna universidad, no lo había hecho por querer ser una mejor persona, tampoco lo había hecho por querer una mejor vida o por sus padres, lo hizo porque TaeYang le dijo que si quería permanecer a lado de su hermana no sería un bueno para nada, viviendo de las carreras ilegales o venta de drogas, no dejaría que su hermano siga envuelto en esa mierda.
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― Nunca te perdone ¿sabes? Hubiera preferido mil veces que te pudras en la cárcel a verte aquí ― JiMin tomó un respiro ― incluso muerto eres patético, suicidarte antes de dar la cara, de pagar por joderme mi vida ― cerro los ojos y alzo su cabeza al cielo ― el día es muy bonito y aun así decidí que era un buen momento para venir a decirte lo mucho que te odio ― su mirada viajo de nueva cuenta hacia la lápida ― nos vemos en el infiero Lee.
Habían sido un año difícil, con muchos altibajos, había terminado con JungKook muchas veces, muchas veces lo insulto, lo golpeó, pero el otro nunca le respondió nada, y cuando JiMin se hartaba de su silencio, le decía que estaba harto de él que lo que sea que tenían terminaba.
Jeon sin decir ni una palabra se daba media vuelta, recogía sus cosas y se iba, trataba de ser paciente, tolerante, entendía que Jimin había pasado por algo realmente difícil, pero él también tenía un límite. Fue en una noche de septiembre, una noche tormentosa de sábado cuando Jungkook decidió que por mucho que lo amara, no podía seguir así, Jimin alzaba la voz, gritaba, arrojaba objetos, todo porque Jungkook intento acariciarlo de manera íntima y él no quería, no podía.
― Eres un maldito bastardo Jungkook ― gritó alzando sus manos ― eres igual que esos imbéciles, igual de asqueroso que ellos.
― Bien, entonces soy igual que ellos ― río amargamente ― perfecto ¿sabes qué? He tenido suficiente, me largo. ― dio media vuelta hacia a la habitación, no importaban las múltiples peleas, él siempre dejaba sus cosas de higiene personal, porque sabía que de una u otra forma terminaría regresando al departamento.
