Sueños Frustrados (Mirabel X Fem Reader)

7° Capítulo

Narradora T/N

Al salir de la habitación de Mirabel, me acordé de que había quedado con Isabela en su habitación. Mierda, a ver qué excusa me invento.

T/N: Me acabo de acordar de que le prometí a Camilo ayudarle a... –hago una pausa para pensar– Robar arepas.

Ni de coña se lo va a creer.

Mirabel: No te preocupes, sólo procuren que no les pillen. Ya sabes cómo es mi tía Pepa –dice mientras lleva a Toñito de la mano–.

Antonio: No llegues tarde, por favor –me mira con ojitos de cachorrito–.

T/N: Debería ser ilegal ser tan lindo.
No me lo voy a perder, Mirabel y yo estaremos apoyándote –beso su frente–.

Mirabel: Nos vemos luego –me guiña el ojo–.

¿Eso me acaba de poner nerviosa?
Da igual. Esperé a que bajaran las escaleras para poder ir al cuarto de Isabela sin ser vista.

T/N: ¿Isabela? –toco la puerta–.

Isabela: Adelante.

Entro a la habitación y la encuentro sentada en su cama, creo que me estaba esperando.

T/N: ¿De qué querías hablar? –me acerco a ella y me siento a su lado–.

Isabela: Seguramente te va a sonar muy raro que te cuente esto ya que nos conocemos de hace poco, pero... –hace una pausa– Necesito tu ayuda para evitar que me casen con alguien al que no quiero.

T/N: Espera que estoy agarrando señal aún –pongo una mano en mi cabeza– Primero, pensaba que te ibas a declarar. Y segundo, ¿todavía vivimos en la Edad Media?

Ella se ríe levemente.

Isabela: ¿Cómo me iba a declarar si apenas nos conocemos? Además, eres menor, me llevarían presa.

T/N: Triste pero cierto –susurro–.

Isabela: ¿Qué dijiste?

T/N: Nada. Cambiando de tema, ¿cómo pretendes que te ayude? –pregunto curiosa– Antes de nada, necesito contexto.

Isabela: Abuela siempre me ha exigido ser perfecta –comenta con asco– Y hace poco, se le ocurrió la maravillosa idea de casarme con Mariano sin siquiera preguntarme –hace comillas con los dedos al decir “maravillosa”–.

T/N: Creo que lo conozco. Me pareció verlo esta mañana por el pueblo.

Literalmente lo conocí por la canción de Mirabel, aunque mejor ni la nombro porque si no, se tiran de los pelos.

Isabela: Por eso quiero que me ayudes.

T/N: ¿Por qué no se lo dices a alguien de tu familia?

Isabela: Abuela es la que toma las decisiones, mis padres intentarían ayudar pero ellos creen que estoy de acuerdo y no quiero que se metan en problemas por mi culpa –una lágrima cae por su mejilla–.

T/N: Te ayudaré, no te preocupes –retiro esa lágrima y la abrazo– Y no llores, eso no es de bichotas.

Isabela: Muchas gracias, de verdad –me abraza más fuerte–.

T/N: Cualquier cosa que necesites o quieras hablar, aquí me tienes –me separo del abrazo– Sabes que no tienes que aparentar algo que no eres frente a mí.

Isabela: Que conste que serás mi mejor amiga a partir de ahora –asegura señalándome–.

T/N: No me quejo –digo mientras río–.