La Desesperación De Una Nación Parte 3

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El cielo nocturno era hermoso, las estrellas brillaban al igual que las joyas. El firmamento era un verdadero cofre del tesoro y en el cielo estrellado la luna iluminaba el paisaje.

Aquel cielo hermoso perdió su belleza, había sufrido una metamorfosis horrenda, su belleza fue mutilada por la horripilante mancha oscura que cubría el cielo. Aquel horror cubría con su manto oscuro la luz y esperanza de la humanidad. Aquel terror negro engullo a la luz del Héroe al igual que un agujero negro se traga la luz de las estrellas, su rugido eran las trompetas del apocalipsis, anunciando una era de oscuridad, rugía con júbilo, rugía con placer, rugía con voz aviesa.

Las ciudades que habían visto como este horror, había destrozado a su héroe, como había consumido la luz del Héroe. No querían creerlo, no querían creer que esto fuera la realidad, no era cierto esto, no estaba muerto su Héroe, eso no podía pasar, eso nunca debió pasar, esto era solo una pesadilla de la cual despertar, solo tenían que despertarlos.

"Despiértame señor" "Oh dioses, ¿este es vuestro castigo? " "Oh Gran Shurshana, tu juicio por fin a llegado" "Castigo divino, esto es castigo divino "

Muchos de las personas tenían este tipo de comentarios, estaban mirando al cielo sin querer creerlo. Los Héroes serían los que ganaban al final ¿verdad? , siempre se los habían contado desde que eran niños a todas estas personas, ya sean, hombres o mujeres .Siempre por igual, siempre les dijeron lo mismo.

"El Mal nunca vencerá, siempre saldrá victorioso El Bien "

Si eso era cierto entonces ¿Qué estaba sucediendo ahora mismo? ¿Dónde estaba aquel Héroe que los salvaría? "No "Dijeron todos en sus cabezas huecas, su Héroe se levantara con más fuerza , su Héroe seria levantado por los Seis Grandes Dioses y aunque fuera un sueño aun así tenían que rezar , tenían que hacerlo para que el campeón de los dioses resurja una vez más y con más fuerza. Sí, eso es lo que debían hacer porque no podían hacer otra cosa más.

Y así algunos empezaron a rezar nuevamente, rezaron con todas sus fuerzas, rezaron con fervor, rezaron con desesperación, rezaron a los Seis Grandes Dioses, rezaron para que el héroe vuelve a levantarse, rezaron para que los dioses le devolvieran su fuerza, rezaron para que los dioses levantaran a su campeón.

Los granjeros, carniceros, panaderos, mercaderes, cerrajeros, alquimistas, herreros, costureros, cantineros, carpinteros, zapateros, alfareros así como guerreros, caballeros, magos, clérigos, aventureros, pintores, escribas y contadores. Todos quedaron en silencio, nadie corrió nadie huyo. Todos pacientemente esperaban la muerte.

Las madres abrazaban con fuerza a sus hijos, los padres se lamentaban en silencio por su ineptitud, los hijos veían con ojos extraños a sus padres quienes dejaban caer una cascada de lágrimas por sus cuencas. Los jóvenes aventureros dibujaban sonrisas en sus rostros y empezaban a hablar entre si sobre todos sus viajes con felicidad.

Los mercaderes maldecían al Héroe, lo maldecían por no proteger su negocio, por no proteger el futuro de sus hijos. Los pintores fascinados en su último intento por retratar tal escena sacaron sus pinceles otros sus lápices y siguieron dibujando como si fuera un día normal, un día tranquilo, un día más en su carrera. La obra que retratarían seguramente nadie la vería, nadie siquiera sabría de ellos, pero aun así seguían moviendo sus manos agiles seguían sin detenerse, sin perderse ningún detalle.

Los escribas que escribían con fervor, escribían los últimos momentos de la humanidad, escribían la calamidad que azotaba a la humanidad, su vida no serviría de nada sino registraban este suceso histórico. La Era de la Oscuridad murmuro un escriba.

Los bardos empezaban a cantar por las ciudades donde estaban, sus melodiosas voces resonaban por los poblados y ciudades.

Uno cantaba con vehemencia, con tristeza, con desconsuelo .Su canto era demoledor, su canto era agónico, un último canto antes de abrazar el frio suelo de la tierra, un último respiro de vida.

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