Capítulo 8: Maldita hipócrita

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Toda mujer tiene el poder de tener a cada hombre a sus pies, solo con el simple hecho de su mirada, y con esa sonrisa perfecta harían que el mundo diera mil vueltas, porque yo, soy el perro detrás de mi amor perdido, soy el mendigo que espera a las puertas por un trozo de pan, y ese pan solo es tu presencia, porque me conformo con las migajas de tu amor; que son más valiosas que todo el oro guardado en un estante.

Maldita sea tu prima que te acosa como si fuera tu espía ¿Te deja tener vida? Porque haré lo necesario para que te deje por completo, no importando lo que sea ella para ti, porque lo que ahora importa es lo que tú eres para mí, y eso lo dice completamente todo. ¿Pero qué veo? Una pequeña discusión se asoma por los lienzos de tu habitación, gritas y te grita, ella es una enferma psicópata, te enreda en sus lazos putrefactos y ahí te deja tirada como una loca enferma, yo solo miro el reflejo de la ventana, que dejó el silencio de una vida sin alma.

La traición es la siniestra de los recuerdos, de los malditos pequeños instantes de silencio que dejó el momento pegado a la pared, solo es la gota que derramó la copa en un encuentro de rosas llenas de mil y una cosa, porque la venganza es mi amiga ya que a ella le encuentro fe, mi anhelo y esperanza es aquella inútil ilusa silueta donde todos los llantos son dejados a placer.

Y es por eso que hoy declaro a un grito mudo mientras los guardianes de la vida solo son aquellas almas perdidas que no caben en un mundo de idiotas, porque la vida es una simple escoria, que deja perdidas a aquellas imbéciles personas que pensaron que por hacer lo que ellos llamaban bien, iban a ser resueltas en un mar de ilusiones y de sueños rotos, porque solo queda aquel grito de humildes peticiones, que revolotean por los aires de la eternidad esperando la decisión final, ya que el amor solo es la nota de la vida escrita por pequeñas fétidas agonías.

Aquí me encuentro nuevamente, ante la vida y la muerte, y ante los deseos de un alguien para complacer a un todo, vengaré las lágrimas caídas que dejaron un cielo roto, y que por la fuerza de la tormenta solo dejaron un rastro inaudito, en donde solo dos pueden entenderse, porque tres no es el número de la suerte; sino de la muerte.

Pero hoy es más difícil porque es tu sangre, he asesinado a gente inocente e imbécil, pero no a tu sangre, y aunque solamente tengas el viento de su sangre, ya es tu sangre, espero que no lo tomes a mal, pero prefiero un mundo desolado junto a ti, que vivir en el palacio de los Gutenberg solo y con la ausencia de tu mal, sabiendo que la vida te deja en agonía mientras ella disfruta, ten paciencia en mí, que yo espero todos los días por ti.

Las salidas en amigos funcionan cuando se comprenden ambos, pero no cuando existen ideas encausadas, porque la falta de complacencia es simplemente el resultado de una pequeña benevolencia, te digo a ti pequeña y adorable Chelsea, hoy no saldré por ti, sino por ella, para ponernos a cuentas por dejarte en un mar de llantos, tomando mi auto me encuentro hacia la dirección del resto, a donde va ella y en donde esté ella, porque a la verdad te digo que solo la ausencia de su presencia ya te puso a cuentas conmigo.

¿Un maldito Starbucks? Típico de la niñita adinerada que habla como si tuviera gripe todo el tiempo, y además llega con dos amigas parecidas a ella, que dolor de cabeza, ver a tres mujeres que se parecen a tu prima me dan náuseas y no por su físico, porque pueden ser perfectas, pero el alma la tienen descubierta y no se ve nada bien, porque lo podrido del alma se refleja en la mirada, y aquellas pequeñas miradas que tuvimos en el funeral me lo dicen todo, y me hacen saber que solo eres la alegoría de su canción.

Sentadas en una pequeña mesa junto a un café con nombre sobrevalorado, no me quejo porque yo también lo estoy tomando, aunque sea a dos metros de ella, risas y risas, secretos y secretos, sonrojos y sonrojos, la típica salida de tres, pero no encuentro la canción perfecta para los demás días, porque hubiera preferido que estuviera sola que mal acompañada, pero me encuentro en lo mío, esperando el momento perfecto para un instante eterno, y lo peor de todo es que dan sorbos a su bebida cada media hora y eso me da demencia, más de la que ya tengo por tu amor, porque yo te amo en la ausencia y te extraño en mi demencia, y por eso hoy estoy aquí, recuerda esto, yo haría todo por ti aunque me cueste el resto y aun así mi vida esté en juego.

—Mi prima es una desgraciada, se vino a vivir a mi casa por dos semanas y se mantiene todo el día en la maldita cama, aunque me mire arreglando todo el lugar. —Con voz de arrogancia habla tu prima señalando tu vida.

—Ay amiga diles a tus papás, ¿Cómo es posible que tú lo hagas todo mientras ella está echada como perra sin hacer nada? —Reclama su amiga hipócrita que vive peor que nadie. (Mientras estuve escuchando sus pláticas, revisé sus historias de principio a fin).

—Yo lo que te aconsejo es que hables con tus papás y la saquen de la casa, ella debería de estar aplastada en su casa, recuerda amiga que los arrimados a los tres días apestan, ella no solo apesta, sino que se pudre en su hábitat. —Reprocha la segunda amiga y quien la mira, ella tomándose un capuchino de Starbucks mientras que su abuela agoniza en un asilo, típico.

—Gracias por los consejos amigas, pero haré algo peor, la haré sentir como la arrimada que es. —La maldita de tu prima rebuzna lo último antes de irse al baño todas a tomarse mil fotos y subir solo una a Instagram.

Encontré el momento perfecto en este lugar, no necesité de un cuchillo afilado ni de una jeringa de formol en buen estado, ni mucho menos de una pequeña navaja corta venas, simplemente necesité escuchar lo que tú no escuchas, encontré las palabras necesarias para entender que sigues estando sola, porque pensé que hoy tenías una compañía, aunque fuera insignificante, pero hoy comprendo lo de antes, y esto lo tienes que saber.

La verdad es la muerte para los hombres, porque en ella encuentras lo que los oídos no escucharon y lo que el corazón no sintió, lo que las paredes taparon y lo que el silencio reflejó, la verdad es la agonía de las vidas porque en ella se encuentra la calma aunque sea en un tiempo dolor, porque te hace comprender que es lo mejor, aunque el soltar sea peor que el detener, yo prefiero el soltar porque en él encuentras nuevamente el mar de la ilusión, aunque sea dentro de los años remotos de la montaña de los sentimientos rotos.

Este día fue un canto de gozo para mis oídos, porque escuché lo que debía e hice lo que quería, te grabé toda la conversación que tuviste maldita zorra, ay mi querida Elena, te tengo sobre la palma de mis manos, porque mientras te fuiste revisé todo tu celular, y gracias por dejarlo en la mesa, ya que lo olvidaste cuando te fuiste a tomar fotos junto a tus perras, y agradezco a tu amiga por tener un celular con mejor cámara, y mientras lo revisaba encontré el número de mi diosa, y lo tomé prestado para enviarle el video anotado, con mi número secreto que es el 45767833, no tuviste la necesidad de hacerla sentir como arrimada, porque ya lo supo por tus propios labios, y ahora llora no por el silencio, sino por tu recuerdo, asesiné tu vida de perra hipócrita y reviví la vida que un día quisiste sepultar.

La hipocresía es la virtud de los ineptos, pero de los que se creen aptos para juzgar historias que no les pertenece, porque para ellos es mejor tomar el zapato de los demás que usarlo, porque así no se ensucian con las heridas que dejan marca en el cuerpo y retrato de otro.

Desde mi ventana veo el llanto y el lamento de lo que unos ojos vieron, y veo como una Elena trata de remediar el acto eterno, porque lo que se ve; no se duda, y hoy fue hasta el sentimiento porque una palmada te dio en la cara, y tus padres se enteraron y te castigaron, así es, la niña que ya se siente mujer, aún está bajo el dominio de una casa que no le pertenece, pero que intenta hacer suya, llora por desgracia y muere, aunque sea con elegancia.

El reflejo de mi ojo alimenta mi sonrojo, porque en la ausencia de los cantos y en la presencia de los llantos me encuentro a mí mismo, y en la mente de los tantos encuentro una vida a tu lado, aunque sea en el recuerdo de los milagros y en el dolor de los callados, ahora entiendo que mi momento ha llegado y que por segundos confusos puedo hacer una vida por siempre contigo, porque lo que comienza con una idea se refleja en los deseos rotos, aunque los míos acaban de iniciar de un plan mal ejecutado que el destino tenía preparado de antemano.

Un secuestro perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora