Capítulo 16.|Un bebé especial.

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Leah.

Dormir en casa de mis padres después de haberme ido a vivir con Aaron no es algo que me haga sentir feliz. No me gustan las miradas de mis padres queriendo preguntarme qué ha pasado, porque es lógico que dormir aquí significa que algo anda mal entre Aaron y yo. Suerte tuve que al despertar nadie se encontraba en la casa y pude salir rumbo a la academia. Travis se había ofrecido a llevarme así que acepté porque no tenía mi auto a mi alcance y tampoco tenía deseos de tomar un taxi.

—¿Vas a contarme qué pasó contigo y el Halcón Mayor anoche? Que hayas decidido dormir en casa de nuestros padres y que conociendo a Aaron no haya corrido detrás tuyo es porque debe ser algo delicado.

Suspiro y miro el paisaje por la ventana.

—No, no es algo tan delicado, pero si algo que me hirió el ego. Además, desde temprano ambos estábamos molestos, también reconozco que lo hice enojar con algo que hice.

Él frunce el ceño.

—No vi nada extraño entre ustedes mientras hablábamos con Luke. Al contrario, vi al Aaron paranoico y desesperado por tu seguridad de siempre.

Suspiro.

—No quiero hablar de eso Travis, no he dormido bien y no tengo energía para nada. Para mi mala suerte tengo bastante trabajo en la academia y tengo que ir a la clínica al medio día.

Él me mira de lado y vuelve la vista a la carretera.

—Está bien, no voy a preguntarte nada más, pero si resulta ser algo grave que te hizo el Halcón se las verá conmigo cuando me entere.—Dice haciéndose el duro.

Reí y me acerqué a besar su mejilla.

—Te quiero Travis, gracias por siempre estar.

—No me agradezcas por hacer mi papel de hermano mayor. Te amo Leah, tú y mi familia son lo más valioso que tengo. Solo quiero lo mejor para ustedes. Aaron no es lo mejor, pero sé que es lo que te hace feliz.

Lo miro divertida.

—Aaron es lo mejor, así que deja esos celos de hermano mayor.—Suspiro y pienso en él.—No hay nadie más que se haya hecho para mí, Aaron Walter es el hombre de mi vida.

Él resopla y se ríe continuando su camino hacia la academia. Sonreí con tristeza porque el simple hecho de no amanecer junto a él me pone de malas el día completo. Al momento de Travis dejarme en la academia subí el ascensor con los ánimos por el suelo, ni siquiera me detuve a saludar a Elena que ya se encontraba en su puesto de trabajo y seguí directamente a la oficina. La falta de sueño y el pensar demasiado las cosas me afecta terriblemente en mis obligaciones.

Intenté toda la mañana no perder el tiempo y trabajar fuertemente en todo lo que había para hoy. Reuniones, conferencias con algunos profesores e inversionistas de la academia, firma de documentos, entrega de mercancía, sellar los cheques de pago de los empleados y los maestros y un sin fin de cosas que al menos me mantuvieron la mente ocupada. Al medio día almorcé en la oficina y antes de irme a la clínica Hailey aparece en mi campo de visión con una sonrisa que se le borra al ver mi semblante triste.

—Hey, Leah. ¿Todo bien? ¿Ha pasado algo?—Me pregunta preocupada.

Intento sonreírle para no preocuparla pero me sale más una mueca que otra cosa.

—Problemas con Aaron, nada realmente grave pero estamos algo enojados.—Le respondo mientras termino de entrar unas velas aromáticas que se pidieron para los baños de la academia.

Ella frunce el ceño.

—¿Tiene que ver con lo qué pasó con Noah?

—En parte sí, también con la tal Sydney, y también con la actitud de Aaron ahora que es arquitecto y director de una empresa.—Suspiro y la miro.—No dormimos juntos y no he sabido nada de él desde anoche. Luego de haber ido a la reunión con Luke discutimos y yo terminé yéndome con Travis a casa de mis padres.

Mi Liberación #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora