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TaeYong y Ten se encontraban festejando el cumpleaños número veintiséis de su mejor amigo TaeMin, a quien no encontraban por ningún lado. Luego de un rato de estarlo esperando, decidieron ir a la pista para contonear sus caderas de una manera bastante sensual. 

Llegó el momento en el que el ritmo de la música se tornó a uno más sensual, así que pegaron sus cuerpos y comenzaron a descender mientras seguían contoneándose de lado a lado. Sintió como un hombre se pegó a él y comenzó a moverse al  mismo y delicioso ritmo que él y cualquiera que se moviera de esa manera, tenía una cordial invitación a su cama, así que dejó que aquel extraño siguiera frotándose contra él. Aquel desconocido rodeó su cintura y la posó en su vientre.

—Eres una zorra —aquel hombre susurró cerca de su oreja y TaeYong no hizo más que reír al reconocer aquella voz. Se alejó de ambos y golpeó el hombro de TaeMin—. Hola, bebé —depositó un pequeño beso en sus labios.

—¿En dónde estabas?

—Fui al baño —el pelirrojo asintió y siguieron bailando los tres al ritmo de la sensual música.

Cuando los tres se sintieron cansados, decidieron volver a su mesa, en donde hicieron un pequeño brindis por el cumpleañero. Cuando TaeYong los miró, aún no podía creer que en tan poco tiempo se volvieron muy unidos. Cuando él consiguió el trabajo en la academia, TaeMin y Ten ya trabajaban ahí y bastó una hora de almuerzo para que comenzaran a llevarse bien.

Siguieron conociéndose durante un par de almuerzos más y se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común, como por ejemplo, su amor por los gatitos, el haber sufrido bullyng por ser "afeminados", su gusto por las golosinas, el rechazo de sus padres por ser unas "bailarinas", su pasión por la moda y también compartían su gusto por acostones de una noche.  

Cuando se conocieron, Ten vivía en una habitación en la que apenas cabía su cama y un mueble para su ropa, y compartía baño con tres chicos más. TaeMin y TaeYong aún vivían con sus padres, pero a ambos les decían que el baile nunca les daría de comer, e incluso TaeMin estaba estudiando enfermería para darle gustos a sus progenitores, aunque luego, dejó la carrera.

Luego de compartir el infierno en el que vivían, comenzaron a hablar sobre lo genial que sería vivir juntos, así que ahorraban la mayor parte de su sueldo para poder costearse una renta y cuando lo consiguieron, rentaron un pequeño cuarto en una zona no muy glamurosa de la ciudad, pero con el paso del tiempo, la vida les sonrió; el padre de Ten falleció y su hermana mayor se hizo cargo del pequeño negocio familiar, y comenzó a enviarle algo de dinero para apoyarlo. También comenzaron a impartir clases privadas sin que la academia lo supiera y con eso, más la ayuda de la hermana de Ten, pudieron costearse un departamento con dos habitaciones, aunque una la ocupaban como closet. 

Otra cosa que tenían en común era su apellido, bueno, cuando Ten llegó a Corea se lo inventó, ya que ni loco usaría su nombre real que parecía trabalenguas. Aunque al inicio bromeaban sobre ser hermanos, la gente que los conocía ni siquiera dudaba de su parentesco porque aunque no fueran idénticos, su relación los hacía ver como tal y por eso la gente que los conocía como los hermanos Lee, se sorprendían cuando los veían darse pequeños besos en la boca. 

—Mira, Min. Ahí está tu novio —TaeYong señaló con un tono burlón al chico que se acercaba a ellos.

—No es mi novio —rodó los ojos con diversión.

—¿Y por qué lo ves con frecuencia? —preguntó el tailandés con el ceño fruncido. 

—Porque folla bien —se encogió de hombros y sus amigos no hicieron más que reírse.

—Hola, chicos —saludó MinHo, el chico de TaeMin—. Hola, Min.

—Hola —saludó el mayor con una sonrisa que se podía calificar como nerviosa y sus amigos lo saludaron con un simple gesto alzando sus cejas. 

Little White Lies [JaeYong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora