-¿Mamá? ¿Eres tú? -logré articular luego de salir del shock que me produjo verla. La miraba a través del espejo fijamente, temiendo que al voltearme ella ya no esté.
-Oh mi pequeña... cuanto has crecido... -dijo ella con los ojos llorosos. De seguro que vio en mis ojos que no estaba del todo convencida de su presencia, porque me dio la vuelta y me abrazó. -Soy yo, -me dijo- soy yo.
Nos separamos y ella salió del baño. Al ver que yo vacilaba, me tomó de la mano y me guió hasta la cocina. Abrió la nevera, sacó una bandeja de cupcakes y se sentó en la mesa, indicándome que también me sentara.
-Ten -dijo, extendiéndome un cupcake de chocolate con glaseado rosa -De pequeña estos eran tus favoritos, recuerdo que siempre que los preparaba, te comías la bandeja en menos de cinco minutos.
Tomo el cupcake con desconfianza. No podía dejar de pensar en cómo vi a mi madre suicidarse de pequeña, y ahora, ocho años después, despertar en mi antigua casa, y que ella, esté viva. No le encontraba ninguna explicación lógica.
-¿Te pasa algo? -preguntó mi madre al ver que no comía.
-No, solo me distraje. -improvisé, y le di una mordida al cupcake - ¡Esta delicioso! - exclamé, y lo terminé rápidamente. -¿Puedo comer más?
-Por supuesto que sí, come todo lo que quieras, recuerda que esta es tu casa.
Terminé la bandeja y me froté la barriga. No había comido así desde que una familia extranjera hizo una donación de doce mil euros al orfanato, tres semanas después de mi llegada.
Noté que mi madre me miraba fijamente, como si quisiera saber algo.
-¿Qué pasa? -le pregunté.
-Oh nada, nada, solo debo hacer algo, ya regreso. -Se levantó y caminó hacia las escaleras. La seguí sigilosamente hasta su habitación, y me escondí en las escaleras. Al llegar a la puerta, vi que sacaba una llave dorada, la introducía en la cerradura, y luego de pasar, volvió a cerrar la puerta. Como si escondiera algo y temiera que lo descubran.
Esperé y esperé a que saliera, pero pasaron los minutos y ella seguía dentro de la habitación. Rendida, decidí entrar a mi habitación. Tomé mi bolso rosado del suelo y me extrañó ver que la botella de cloroformo ya no estaba. Saqué un vestido, exactamente igual al que llevaba puesto. Luego bajé al baño, me asee y me cambié el vestido. Luego cepillé mis dientes y mi cabello, y al acabar salí del baño. Para ese entonces mi madre había regresado a la cocina.
-¿Qué estabas haciendo? -le pregunto al entrar.
-Oh, nada importante. -responde ella.
Asiento con la cabeza, intentando actuar con naturalidad, pero no podía dejar de pensar que estaba frente a mi madre, la cual había muerto hace ocho años, y que no mencionaba absolutamente nada sobre el tema. Así que decidí hablar yo.
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Octubre
Mistero / Thriller"Jamás hubiera pensado que regresaría a esa casa, y mucho menos que la volvería a ver. Pero tenía que terminar lo que años atrás había empezado, y descubrir lo único que verdaderamente era mío..." Alice cree que su madre está muerta. Sin embargo, un...