Un extraño encuentro

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UN MES DESPUÉS.

Olivia se encontraba sentada en el sofá del apartamento de su mejor amigo, con la cabeza echada hacia atrás apoyada en el respaldo y una mano en la cara. No pasaba por su mejor momento. Ella y Mark habían roto, en realidad, Mark había roto con ella y lo peor es que aun no conseguía averiguar por que. Pero habían estado juntos dos años, dos buenos años y aquello estaba siendo demasiado duro para ella. Así que había acudido a Neal, sentía que era el único con quien podía contar realmente, pese a que tenía otros amigos y un círculo social no demasiado pequeño.

Se conocían desde hace cuatro años, pero desde el primer momento habían congeniado y había sentido una conexión con el. Nada en plan romántico, nunca había surgido esa posibilidad entre ellos. Neal era como el hermano que nunca había tenido.

Alzó la cabeza. Neal estaba sentado también en el sofá a su lado. La miraba con preocupación, pero las palabras ya habían acabado. A Olivia le bastaba con que estuviera con ella. Tomó la cerveza que el había dejado en la mesita para ella y se la llevó a los labios para dar un buen trago.

—Eh, más despacio —dijo Neal entonces con un tono divertido tratando de animarla

Olivia, sin embargo, ignoró el comentario aunque eso supuso beberse casi la mitad de la botella de un trago. para luego dejarla con un golpe de nuevo en la mesita.

—Uf —resopló sacudiendo la cabeza—, lo necesitaba.

—¿Mejor? —preguntó Neal

—Eh... no lo se —dijo Olivia

—Mark es un idiota —dijo Neal sonriendo con cierta diversión

Olivia solo pudo reír levemente, agradeciendo los intentos de su amigo por animarla. Ni siquiera estaba segura de porque estaba tan mal. Si lo pensaba bien, quizá era algo que debería haber visto venir. Las últimas semanas tampoco habían sido las mejores entre Mark y ella. Habían discutido varias veces y apenas habían tenido una conversación en condiciones. El había empezado a llegar bastante tarde de trabajar, y ella siempre se iba a la cama pronto para despertarse temprano al día siguiente. Así que tampoco habían podido pasar mucho tiempo juntos.

Y aun tenían que hablar para ver que hacer con el apartamento. Lo que menos quería en esos momentos era seguir compartiendo con el un pequeño apartamento de un dormitorio. Sentía que ella era la que debía mudarse, a decir verdad, pues ella había sido la que se había mudado al apartamento de el meses atrás.

—No quiero hablar de ello, ¿sabes? —dijo Olivia

—¿Dónde vas a ir ahora? —preguntó Neal

—Esa es una buena pregunta —dijo Olivia—. Me tendré que buscar algo.

—Sabes que si lo necesitas puedes quedarte aquí un tiempo —dijo Neal—. Ya ves que el sofá es cómodo. O puedo quedarme yo aquí.

—¿Qué? No, ni hablar, Neal, no quiero molestarte —dijo Olivia—. Además, lo siento, pero tu apartamento es enano. Aquí no caben dos personas. Me las apañaré, de verdad, tranquilo.

Neal abrió la boca para responder, pero no pudo hacerlo, porque en ese preciso momento, sonó el portero.

—¿Esperas a alguien? —preguntó Olivia

—No que yo sepa —dijo Neal levantándose para coger el telefonillo. Por alguna razón, Olivia pudo ver su rostro ponerse blanco a los pocos segundos.

Colgó rápidamente el telefonillo, y se alejó de este como si de pronto fuera radioactivo o algo.

—¿Qué ocurre? ¿Quién era? —Olivia no podía estar más confundida ante la extraña reacción de su amigo

Ninfa | 𝙤𝙣𝙘𝙚 𝙪𝙥𝙤𝙣 𝙖 𝙩𝙞𝙢𝙚.​Donde viven las historias. Descúbrelo ahora