8° Capítulo

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Narradora: Mirabel

Después de ese lindo abrazo y las reconfortantes palabras de T/N, Abuela empezó con su discurso.

Abuela: Hace cincuenta años, en nuestro momento más oscuro, esta vela nos bendijo con un milagro -explica sosteniendo la vela en lo alto de la escalera mientras mira a los invitados-.

Miembros mayores de la multitud asienten. Parte de mi familia se encuentran dándose las manos para apoyarse los unos a los otros.

Me limito a mirar tristemente, intentando que Antonio no se dé cuenta.

Abuela: Y el mayor honor de nuestra familia fue usar estas bendiciones para servir a esta querida comunidad.
Esta noche, nos reunimos una vez más mientras otro se adentra en la luz -hace una pausa- Para hacernos sentir orgullosos.

Suspiro ante ese último comentario y dirijo mi atención a Toñito y T/N.

T/N tiene a Toñito en sus hombros para simular que está volando y así evitar que se ponga nervioso, están dando vueltas por la habitación mientras ambos ríen.

Sonrío por la escena tan tierna que estoy presenciando y me acerco a ellos.

Mirabel: Lamento arruinar la diversión, pero ya es la hora -digo mientras bajo a Toñito de los hombros de T/N-.

T/N: Toñito, cree en en ti al igual que nosotras lo hacemos -pone una mano en su hombro mientras se arrodilla frente a él- Lo vas a hacer genial.

Antonio: Está bien -sonríe tiernamente-.

Sin previo aviso, las cortinas que nos separan del resto de invitados se abren, dejando ver a Toñito.

Los focos de luz se centran en él, Casita le da la vuelta a las baldosas del suelo para hacer una especie de alfombra roja y los invitados aplauden.
Abuela, Pepa y Félix están esperándole en la puerta de su futura habitación.

Qué tensión.

Antonio no sé mueve ni un centímetro, Casita le intenta ayudar a avanzar moviendo una baldosa debajo de él, pero no sirve de nada.

T/N: Tú puedes.

Mirabel: Debes avanzar, Antonio -digo preocupada-.

Él me mira y me extiende la mano.

Antonio: Te necesito -suplica con tristeza y temor en su mirada-.

Mirabel: No puedo -respondo, mirando de reojo a los invitados-.

Antonio: Por favor -suplica de nuevo-.

Logré juntar el poco coraje que me quedaba para darle la mano a Toñito y avanzar juntos, él se aferró a mi brazo.
Como era de esperar, murmuros y miradas del público se hicieron presentes, yo trataba de mirar al frente para no parecer una cobarde.

De un momento a otro, mi mente me pasó una mala jugada. Empecé a recordar el día de mi ceremonia, ese fatídico día que no recibí ningún don.

Me veía a mí misma con cinco años, caminando por el mismo sitio de ahora, aunque sin Toñito.

Algo me sacó de ese mal recuerdo, noté una cálida presencia a mi lado. Era T/N, se había unido a nosotros agarrando mi mano con firmeza.

Sonreí para mis adentros y seguimos nuestro camino, a paso lento pero firme.

En ningún momento quité mis ojos de Abuela, no parecía satisfecha o contenta en absoluto. Seguramente piensa que arruinaré algo, como siempre.

En las escaleras, ese recuerdo vino de nuevo.

Sueños Frustrados (Mirabel X Fem Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora