Odd Eye (Jungwon & tú)

Postulante

Capítulo 11.- Postulante

Pov Jay:

— Bienvenido al mundo mágico — me dijo con seriedad mientras acomodaba a ____ detrás de su espalda — vayamos directo con el Rey, al final de cuenta él desea conocerla — miré estupefacto a aquel sujetó quien sin una pizca de reacción siguió adentrose a un palacio lleno de hermosas flores y animales que lo recibieron con gratitud — hola mis hermosas, ¿han comido bien?

Apreté los labios antes de hacerle la pregunta más obvias de todas, “¿eres un mago?” y como respuesta solo meneo levemente su dedo para abrir un pasadizo.
Luego de pasar a dicho lugar mucha gente me observaba, tanto mujeres, hombres y niños, susurrando cientos de cosas sobre la aparición de otra especie en su territorio.

— ¿Riki? — se escuchó desde lo lejos, un hombre alto, tal vez de la misma edad en la que aparentaba tener yo.

— Su majestad — contesto el susodicho junto a una reverencia con la que impulsivamente había copiado, si él era el verdadero mandato de este lugar debía mostrar respeto.

— Veo que traes contigo a la hija de la hechicera Sooyoun — expresó desde su trono dónde muchos guardias se colocaron firmemente ante cualquier movimiento mío — también observó a un invitado.

— Así es — respondió incorporándose — él es Jay, un guardián del Rey Jungwon.

— ¿Qué lo trae aquí? — me preguntó.

Al levantarme le conté con todo y detalle cada suceso que había transcurrido de como ella fue hechizada o maldecida por alguien con un gran poder.
Al terminar de escucharme ordenó de inmediato llevarla a una habitación especial, por supuesto también pidió que esperara fuera.

“Solo será un momento, prometo no tocar a la prometida de mi aliado” me dijo desde lejos con una leve sonrisa.

[...]

Pov ____:

Mi cuerpo aún pesaba, estaba cansado, lo podía sentir pero mi mente se mantenía a flote gracias a la madre de Jungwon, quién no paraba de especular que mis sentimientos eran más allá de lo que yo podía creer.

Me negué incontables veces, no podía, le había hecho tanto daño como para poder seguir con él pero una extraña sensación me decía que si era cierto, terminé creando un sentimiento mutuo.

Las lágrimas corrieron por mis mejillas, un aura escena oscura se comenzaba a mostrar y la madre de Jungwon pedía a súplicas que parará, pero no me creía lo suficiente cuerda para comprender dichas palabras o al menos hasta que un hombre me extendía su mano.

“Ven conmigo”, me dijo con una sonrisa muy grande, “estarás bien, es hora de que vuelvas en sí".

Sin ninguna duda, obedecí, correspondiendo su agarré que me había lanzado a la realidad.
Las agitaciones de mi pecho y una vista distorsionada me decían que estaba fuera de la maldición.

Al poder observar con mayor claridad, Riki y otro hombre me sonreían con felicidad.

— Hola — me dijo el más joven — ¿estás lista para ver a tu madre?

[...] 

Con prisa caminamos a un terreno lleno de flores siendo cuidadas por ella...
Al vernos, corrimos a abrazarnos con fuerza. Me beso unas cuantas veces la frente con mucha ternura, diciéndome palabras cálidas.

— Riki me ha dicho la verdad, agradezco que Heeseung y tú estén bien —

Esa verdad simplemente era que no habían sido prisioneros o al menos no de ellos, si no más bien de unos bandidos, igual de despiadados como con los que nos habíamos topado nosotros.