𝐄𝐂𝐎 [Sunnew] ©︎

Capítulo 47

Septiembre 29, 2021
6:45 PM

Dos días desde su cita con la policía y por medio de las noticias, el público se enteró que la familia de Yubin poco a poco caía por todas esas personas que lograron arrestar. Gracias a ese incidente en el hogar de la familia Gotti se dieron a conocer muchas cosas, pues al igual sobrevivientes en la explosión fueron arrestados a causa de tratados ilegales dentro del país, identificaciones falsas, uso y venta de mercancía inaceptable, etc. Todo ese movimiento, y sobre todo para la inspectora fue como un regalo de navidad, su misión lentamente iba siendo exitosa. El único requerimiento por ahora era encontrar a la chica, quien, para su buena suerte, es alguien excelente para esconderse entre la sociedad.

Sus ojos dieron con el reloj de su oficina, aliviado por saber que era su hora de volver a casa. La noche anterior había quedado con su madre de tener una cena especial, ya que aquella cocinaría uno de los platillos favoritos del chico. Desde luego que Chanhee estuvo feliz por esa noticia, agradecido de tener alguien en el mundo que lo cuidara, que aun estuviera con él a pesar de todos los acontecimientos pasados.

Retiró sus gafas al mismo tiempo que apagaba su monitor, tratando de dejar la oficina lo suficientemente ordenada para facilitarle el trabajo a los de limpieza. Desde que no le gusta que entren a ese espacio, prefiere dejar la oficina limpia y cerrada por su cuenta antes de que alguien más proceda a entrar. Con calma colocó su sacó y tomó su maletín mientras dirigía sus pasos al elevador del edificio, sabía que su chofer ya esperaba por él por lo que trato de ser rápido, realmente quería aprovechar esa cena con su madre. Al estar consciente que poco a poco se le adjuntaba el trabajo, estar con su madre sería complicado.

—Hoy no iremos al cementerio, vayamos directo a mi hogar. —mencionó Chanhee en cuanto estuvo en el asiento trasero, sin mirar al chofer ya que se encontraba ocupado mandándole mensaje a su madre.

Ahí mientras movía sus dedos sobre las teclas de su teléfono, su chofer lo miró a través de su espejo retrovisor. Había un peculiar cambió en el conductor que desafortunadamente Chanhee no logró ver, él tenía en cuenta y llevaba la confianza de que iba con el mismo hombre de siempre, además de no ser capaz de ver el espejo, pues inmediatamente le recordaba a Juyeon. Ese hombre llevaba puesta una máscara de gas, iniciando con el camino mientras encendía la calefacción del auto. Un aromatizante con un olor tan único que fue sin duda un gusto para las fosas nasales de Chanhee, quien sin darse cuenta aspiraba de un sedante que pronto lo desmayó.

A las diez de la noche y sentía como movían su cuerpo desesperadamente, escuchando a lo lejos a su perro ladrar. No podía ver bien ya que todo lo que sus ojos le brindaban era una vista borrosa, pero fueron tan solo unos segundos en los que logró tener una visualización y sentido del oído mejor. Ahí frente a él, su vecina intentando despertarlo.

—¡Dios mío, Joven Kim! ¡Lo creí muerto! —exclamó asustada mientras tomaba sus hombros y miraba con preocupación su herida, aun vendada, podías ver la zona llena de sangre—. ¡Necesita un hospital! ¿Puedes levantarte?, te llevaré.

—No..., no, no, no, déjeme aquí, estoy bien. —su voz apenas audible, haciéndolo sonar casi como si estuviera borracho.

—¡¿Estás bien?! Podría hacer una sopa con tu sangre, ¡mírate!

La mirada que Sunwoo le dio fue una llena de asquerosidad, sin embargo, logró sentarse para así sostener su cuerpo por medio del agarre que forzaba en los hombros de su vecina.

—¿Es doctora?

—No, pero mi nuera lo es, te llevaré con ella.

—Buena idea, vamos.