capitulo único

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"Nunca te he dejado. Yo... simplemente olvido que te amo... sin embargo, cada vez que te veo, me acuerdo de cómo nunca podré dejar de amarte."

-Hafsa Shah.

Izuku

El primer amor no se olvida, no se borran los recuerdos por mucho que pase el tiempo; su rostro, su nombre y el sabor de sus labios se quedan grabados en lo más profundo del corazón. El primer amor durará para el resto de tu vida, y, aunque sea solo en viejos recuerdos, era lo que mi mente repetía últimamente; y es que aquellos momentos donde estábamos juntos volvieron a mi mente como pequeñas fotografías de un viejo albúm de recuerdos, el único con la prueba de que alguna vez fuimos felices.

Ahora, tú caminas de la mano de alguien más, y aunque yo también lo hago, sé que nos lastimamos demasiado porque no sabíamos cómo amar; pero aprendimos y ahora tú estás al otro lado de la habitación riendo con aquel rubio que lleva un anillo en su mano izquierda, la prueba de la pareja perfecta. Él es muy hermoso, se nota lo muy enamorado que está de ti y me alegro mucho por ti. Sonrió sin pensar y tú te percatas, nuestras miradas se encuentran, me sonríes de vuelta y no puedo evitar sonrojarme, recordé la primera vez que te conocí...

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Era una cálida noche de verano, estaba ahí otra vez, forzando la risa, fingiendo sonrisas; el mismo viejo lugar de siempre y solitario lleno de ojos cambiantes y vacío, caras sin sentido, era demasiado común, aburrido... y de pronto, todo desapareció cuando vi tu rostro y aquellos ojos rubís que me hipnotizaron, se conectaron con los míos.

Te acercaste a mí, me saludaste con una sonrisa pícara y tímidamente empezamos a hablar; con el paso del tiempo nuestras miradas, de vez en cuando se conectaban, eso provocaba varios sonrojos en los dos, pequeños roces que terminaban en disculpas, risas sin sentido, una conversación amena, mágica en verdad. Cuando llegó la hora de despedirse, todo lo que pude decirte fue:

-Fue encantador conocerte. -Sonreí de lado extendiendo mi mano.

Me jalaste un poco a ti susurrándome en el oído:

-¿Estoy totalmente seguro de que nos conocemos desde antes?

No pude evitar reírme ante esa conclusión, algo absurda, ya que era la primera vez que nos veíamos, de eso sí estaba más que seguro.

-Creo que te equivocas, porque yo no podría olvidarme de esos ojos tan vibrantes. –Le dije sin detenerme a pensar.

-¿Así que no te olvidarías de mis ojos? -Sonrió pícaro. -Pero ciertamente yo tampoco podría olvidarme de los tuyos, son tan luminosos, expresivos y demasiado hermosos, opacan cualquier cosa brillante.

Esa noche era demasiado mágica, la luna lucia preciosa, me pregunto, si la vida nos hubiera reunido nuevamente, no hubiéramos sido tercos y dejar nuestra conversación hasta ahí, pero mi corazón me dijo: "no lo dejes ir"; ¿cuántas cosas no habrían pasado si yo no le hubiera hecho caso a mi corazón? Aún así, mi rebeldía duró solo unos momentos.

-Si no te importa, ¿podrías acompañarme a mi casa? Claro, si no tienes problema. -Miré a otro lado apenado.

-Por supuesto. -Aceptaste sin dudar ni un instante y nos reímos, camino a casa, no pude evitar sonrojarme todo el tiempo, mientras platicábamos, nos veíamos de reojo y sin querer, nuestras miradas se encontraban; pensé que esto duraría una eternidad y nos despedimos e intercambiamos teléfonos, te fuiste y me quede ahí en el marco de la puerta, viendo cómo te marchabas.

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⏰ Última actualización: Sep 28 ⏰

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