CAPITULO 2

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Me estaba bañando cuando escuche a que Jason gritaba y Sam se carcajeaba.

Resulto que era porque Sam primero le tiro el cereal encima y luego él la mojo con leche cuando estaba sirviendo en los platos.

—YA!!—Dije exclamando fuerte para que ya terminaran su jueguito.

—Lo sentimos—dijeron los dos al unisonó. Aunque Jason es 7 años más grande que Sam y dice que es un hombre independiente y el hombre de la casa.

—Está bien, vamos a desayunar —dije demandante.

Después de desayunar fui a dejar a los niños a la casa de la señora Isabel.

—De verdad gracias señora Isabel—dije mirando a la señora Isabel, mientras veía a los niños jugar en la sala de la señora Isabel

—Oh, cariño ya sabes que no es problema para mí, me encanta tener compañía y alguien que este aquí conmigo—dijo con esa sonrisa característica de ella.

Después de platicar un momento con la señora Isabel, me dirigí hacia la cafetería conde trabajo.

Ya era el medio día y era mi hora de comida, pero como siempre desde que trabajo, solo como algo rápido y vuelvo al trabajo y así la señora Josephine pueda darme algo extra, aunque la mayoría de las veces me dice que no tengo que trabajar de más, que ella podría darme ese dinero extra sin que yo trabaje más.

Eran alrededor de las 5 de la tarde, estaba limpiando la última mesa, puesto que no había clientes y no tenía nada que hacer, después de unos minutos escucho la campanita de la puerta y en seguida me volteo para atenderlo, eran un hombre de traje, que consistía en una camisa blanca y un saco y pantalón negros a juego

—Buenas tardes—dice el serio con la mirada fija en su celular, siempre he dicho que esas cosas nos van absorbiendo de poco a poco.

—Buenas tarde, ¿que desea ordenar? —digo yo con un tono amable caminando a la parte trasera de la caja registradora.

—Un americano grande y un Croissant—dijo el con un tono de molestia en su voz.

—Claro en un momento se lo preparo. Am.... van a ser 8 dólares. —dije con cautela, ya que se veía enojado y no quiero que se moleste conmigo como los cientos de clientes que vienen y piensan que se pueden descargar con la primera persona que se les pasa por enfrente

—Am.... claro lo siento —dijo por fin levantando la mirada del teléfono y rebusca entre sus bolsillos su cartera o dinero. —Aquí tienes—dijo dándome el dinero, yo recibí el dinero y lo registré para hacer su ticket y guarda el dinero en la caja.

....

Estaba saliendo de la cafetería con dirección a casa, era demasiado tarde y le había prometido a Sam y a Jason que veríamos Matilda cuando llegara de trabajar, pero creo que nuestro plan se arruino.

Estaba abriendo la puerta cuando escuche a Sam gritar mi nombre. — Claire!!! Ya no quiero que la señora esa me cuide —dijo Sam, al parecer estaba enojado conmigo, pero a pesar de eso corrió a abrazarme.

—¿Qué pasa cariño? ¿Por qué no quieres que la señora Isabel te cuide? —pregunte agachándome para estar a su altura y esperando que la respuesta fuera uno más de sus clásicos berrinches.

—Ella es mala y solo quiere darme vegetales de comer, no me deja comer mis ricas papas fritas como tu —dijo haciendo un pequeño puchero al final de su oración.

—Gracias señora Isabel, lo siento sabe que es algo berrinchuda. —dije sintiendo un pequeño golpe en mi espinilla.

—Por nada cariño, sabes que no me causa conflicto que me traigas a esta linda niña... —entro un momento a su casa, para después salir con Jason de la mano con un pequeño moretón en su pómulo izquierdo

—¿Qué te paso? — pregunte en un tono preocupado

Nos despedimos de la señora Isabel y subimos las escaleras con dirección a el cuarto de Sam.

—Ya no quiero que la señora Isabel me cuide. —dijo demandante haciendo que lo volteara a ver con una mirada de desaprobación

—lo siento— dijo con una mirada triste haciéndome saber porque estaba así.

—Oye, campeón yo también los extraño, pero ellos están mejor, ¿sí? Y nosotros también vamos a estar bien, ¿recuerdas? Les prometiste que me cuidarías. —dije tratando de ser lo más suave posible.

—Está bien, pero olvidas que ahora también tengo que cuidar de Sam.—dijo con su voz un poco cortada.

—Sabes que de ella me encargo yo, no tienes que preocuparte por Sam campeón— Dije agachándome para abrazarlo.

—Los extraño—Dijo soltando pequeños sollozos de parte de el

—No llores, porque si no yo también voy a tener ganas de llora y si los dos lloramos Sam también lo va hacer y sabes que es difícil hacer que deje de llorar. Pero yo también los extraño muchísimo, no te imagino cuanto desearía que papá y mamá hubieran podido conocer a Sam y que papá se estuviera burlando de nosotros por llorar y que luego mamá lo regañara —dije soltando pequeñas lágrimas de entre felicidad y tristeza por recordar cómo eran los viejos tiempos, cuando ellos estaban con nosotros.

...

Después de eso nos fuimos a dormir, ya que mañana tenía que levantarme temprano para ir con Jason y Sam al cementerio. 

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