Capítulo 9

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[canción: arcade]

Al llegar a un pequeño prado, me permití gritar, un corazón roto no es nada comparado al rechazo de un compañero, era como si la mitad de mi alma fuese arrancada de mi ser. Me sentía asustada, derrotada, tonta e ilusa.

Quería volver a casa, con mis hermanos, quería a mi familia de nuevo, y que Katherina me quisiera, no me tratara como lo hizo, pero esto es parte de ella, es solo una doble de Petrova.

Sentí como Dixon, llegó a mí e intento acercarse, le gruñi como nunca lo había hecho antes, perdía el control, lentamente sentía como mi bestia desgarraba la mazmorra en la que la había ocultado, poco a poco me ganaba, el dolor, la pérdida, la necesidad del control.

-Aline. - susurró suavemente - Déjame acercarme.

Negué con la cabeza, no había dejado de llorar, tantos años siendo débil, patética, un monstruo débil.

-Una vez te dije que era débil, desarmable y lo negaste, ahora mírame. - dije con voz rasposa - ¿Ahora no me veo débil? - grité.

Estaba llamando la atención, no me importaba, sabía que hoy habría lobos a los alrededores, no me importaba, no necesitaba más de eso. Grité de nuevo, sentí mi garganta arder, era un vampiro, sí, pero uno débil, ya que no tomaba tanta sangre como debía, no era nada. ¿Cómo pensaba que Katherina me iba a querer si jugué un juego perdido? Ella siempre iba a ser la ganadora, y yo siempre iba a perder.

-D, estoy tan cansada de perder. - murmuré dolida.

-Lo entiendo, Ali pero necesitamos irnos, no es seguro, los lobos están haciendo patrullaje, se supone que no debemos entrar a sus tierras.-intentó hacerme entrar en razón.

Los lobos, habían hecho un trato con las brujas, y yo tenía que mantener mi parte, mantenerme lejos del bosque.

No me importaba, hace mucho que dejó de hacerlo, quería dejar de sentir, todo el dolor, toda la pérdida, todo el amor, todo el odio. Quería que se apagara, que todas las sensaciones se fueran.

Oí varias voces interactuar, pero no les presté atención, estaba tan absorta en mi dolor, que no me importo nada, hasta que sentí a Dixon ponerse en pie frente a mí, no lo entendí hasta que vi a la manada parada frente a nosotros, eran humanos, pero la luna llena estaba cerca así que eran más fuertes y estaban iracundos; uno de ellos intentó atacar a Dixon, pero me interpuse en su ataque, tomando al lobo por el cuello empujandolo al suelo, el golpe seco alertó a todos, y mi velocidad les impresionó.

No era Alexandra ni Aline, pero si era una Mikaelson.

Lo levanté y tiré a los pies de “mi sobrina”, ella me miró furiosa.

-¿Qué? - grité, retandola. - ¿Vienes a matarme? ¡Adelante! ¡Te estoy esperando! - volví a gritar con los brazos extendidos.

-¿Que crees que haces, Aline? - me preguntó Dixon en un susurro.

Yo era un gran desastre de lágrimas, y tierra, debía de verme fantástica de este modo, me encontraba derrotada, destrozada, a pesar de estar retandola, seguía llorando, no me interesaba. Su mirada pasó de furia a compresión pura, no quería su compasión.

-¡No te atrevas a mirarne así - volví a gritar - ¡Venías a matarme! ¿no? - seguí gritándole - ¡Ven y hazlo!

Ella seguía mirándome de esa manera, me hacía sentir débil, tonta, sus lobos no hacían nada, ni siquiera el que estaba en el suelo, no hizo ningún intento de levantarse, mientras yo, me sentía débil y seguía llorando, me sentí caer al suelo, pero nadie se me acercó.

Always and ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora